REAL ZARAGOZA

La pizarra de Jiménez funciona

El técnico del Real Zaragoza, Manolo Jiménez, dispuso un planteamiento perfecto que desarboló las principales armas del Granada. La nueva posición de Zuculini y Víctor Rodríguez acrecentó la capacidad ofensiva de los aragoneses, en el mejor partido de la temporada. Además, el equipo logró anotar a balón parado por medio de Postiga.

Zaragoza.- Los lunes con victoria son menos lunes para todos. El Real Zaragoza vivirá una semana con la sonrisa en la boca tras vencer, además de convencer, en el difícil campo de Los Cármenes. Un estadio en el que el Granada no conocía la derrota todavía esta temporada, obligando a los maños a desplegar su mejor fútbol de los últimos tiempos como visitantes. A pesar del sufrimiento innecesario de los minutos finales, los de Jiménez se imponían con un corto 1-2 que no hace justicia completa a lo visto en el verde.

Varias figuras salen reforzadas del triunfo, entre ellas varios futbolistas. Pero más todavía la del capitán del barco, Manolo Jiménez. El técnico andaluz realizó modificaciones tácticas que los de Anquela no acertaron a superar prácticamente en ninguna ocasión. En concreto, la permuta de Zuculini y Víctor Rodríguez, acostando al argentino a la derecha para frenar a Siqueira, uno de los laterales más ofensivos de la Liga BBVA. De hecho, el carioca no asomó en el partido hasta que el argentino no fue sustituido, exhausto.

Además, el catalán aprovechó su nueva posición por detrás de Postiga para realizar su partido más completo de la temporada. Un gol y una asistencia que le confirman como la mayor revelación del Real Zaragoza y una de las sorpresas agradables de este inicio de competición. Víctor, además, se ganaba con sus minutos la renovación automática hasta el 2015, aumentando su cláusula de rescisión. Apenas unos partidos le ha costado al pequeño futbolista hacer buenos los consejos de Ander Garitano sobre su incorporación, dando el salto definitivo al primer equipo.

En cuanto a la estrategia, el Real Zaragoza logró anotar un gol a balón parado, algo que escasea en los últimos tiempos. Víctor Rodríguez servía desde larga distancia para que Postiga cabecera a las mallas. Una jugada que pudo repetirse mediada la primera parte tras una acción ensayada con distintos protagonistas. En esta ocasión era Apoño el que lanzaba para que Zuculini rematara desviado por poco. En el debe, el gol encajado a pelota detenida, el tercero de la temporada, tras ganar El Arabi el salto a Javier Paredes.

El choque además servía para que Loovens debutara con la camiseta del Real Zaragoza en partido oficial. El holandés se aprovechó de la coyuntura del partido, con constantes balones directos, para convertirse en una muralla en el centro de la zaga. Jiménez reconocía “tener miedo por él” al tratarse de un “partido complicado” en el que podía cometer “algún error que le marcase”. Sin embargo, resaltaba su “muy buena labor”, ganando el equipo “en jerarquía con él”.

Otro de los hombres que volvían a su mejor nivel fue Apoño. El malagueño retrasaba unos metros su posición para ocupar la que mejor se desenvuelve, la de mediocentro. Más cerca de la base que del área, multiplicó su rendimiento junto a José María Movilla. Además, logró provocar la expulsión de Iriney, aunque también vio tarjeta amarilla por exceso de carácter.

Entre los tarjeteados el propio Manolo Jiménez, que no podrá sentarse en el banquillo ante su ex equipo, el Sevilla. “Me privan por segundo año consecutivo”, lamentaba. El de Arahal explicaba la acción por la que el colegiado le mandaba a los vestuarios, aseverando que “por levantar los brazos y decir “no” no merece ser expulsado un profesional”. Así, finalizaba asegurando que este año “están machacando a los entrenadores”.