Un paseo hacia la rehabilitación

El 10% de los aragoneses sufren algún tipo de enfermedad mental. La prevención es fundamental, pero una vez diagnosticada, asociaciones como Asapme luchan por la rehabilitación y reinserción social. Para ello, tienen que ser conscientes de la importancia de seguir el tratamiento y han de contar con el apoyo de familiares y amigos.

Zaragoza.- Deportes, talleres de radio o revista, artesanía, manualidades, pintura, videojuegos… Son sólo algunas de las actividades que todas las semanas preparan en la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (Asapme). Todas tienen el mismo objetivo: lograr la rehabilitación de las personas que padecen trastornos de este tipo y reinsertarlos en la sociedad. Para ello, tienen que ser conscientes de la importancia de seguir el tratamiento y han de contar con el apoyo de familiares y amigos.

Entre un 1 y un 3% de la población de la Comunidad tiene una afectación por una enfermedad mental grave, pero hasta un 10% de los aragoneses padece algún tipo de enfermedad mental.

En Asapme atienden a cerca de 600 familiares. A sus recursos rehabilitadores acuden 78 personas dirigidas desde los recursos públicos de Salud Mental y también asisten en instituciones penitenciarias a cerca de 200 personas que sufren una enfermedad mental. Además, prestan apoyo a personas incapacitadas judicialmente y cuya tutela recae en el Gobierno de Aragón.

Para Asapme es muy importante que las personas que tienen una enfermedad mental adquieran conciencia de que tienen que seguir un proceso de rehabilitación y, sobre todo, de que pueden recuperarse y reinsertarse socialmente. Cuando se da el paso de reconocer la enfermedad, asegura la directora de la asociación, Ana López, “el cambio es fundamental porque uno toma conciencia de su situación y supone una parte muy activa de su rehabilitación”.

El principal objetivo del centro es fomentar su recuperación psicosocial y dotarle de las capacidades innatas para que se reinserte. Para ello, cuentan con una cartera de servicios que incluyen más de 24 actividades diferentes dentro del ámbito de la rehabilitación cognitiva, psicosocial, actividades deportivas, adquisición de destrezas… “No sólo queremos que se integren en su entorno familiar, sino en todo lo que ofrece la sociedad”, apunta López.

Apoyo familiar

Para el proceso de recuperación de cualquier persona que sufre un periodo de deterioro cognitivo mental, es muy importante mantener una buena red social. El entorno es clave para avanzar en este proceso. De ello son también muy conscientes los propios afectados.

Isabel y Ramón acuden cada día al centro que Asapme tiene en el parque Delicias. Los dos coinciden en lo importante que ha sido para ellos contar con el apoyo de familiares y amigos.

“Salir adelante es muy importante”, señala Isabel. “Es fundamental que te des ánimos tú misma, luego que te den ánimos tu familia, que tengas un sitio donde ir y que te entiendan y que tengas tus amistades. Esto te llena y conforma tu vida”, agrega sonriendo.

No hay que olvidar que éste es un centro en el que se desempeña una función terapéutica, conforme avanzan y responden de forma más intensa a los estímulos que los rodean, “vuelven a su entorno social porque ya han recuperado sus funciones”, explica Ana López.

El periodo de tiempo que pasan en Asapme varía dependiendo de cada caso. “No hay enfermedades, sino enfermos”, apunta la directora del centro. Todo depende de la intensidad de la afectación. Puede que en ocho meses una persona se recupere y otras pueden tardar muchos años.

En Asapme realizan numerosas actividades para conseguir la rehabilitación
En Asapme realizan numerosas actividades para conseguir la rehabilitación

Todas las actividades las realizan los usuarios de forma voluntaria. Cuando se elabora un cronograma individualizado, indica López, “se tienen en cuenta tanto las actividades que sirven para su recuperación y como las que más les gustan a los propios usuarios”.

Isabel y Ramón

Isabel se levanta a las 8.00 horas, se arregla, desayuna, se prepara y viene a Asapme a las 9.00 horas. Como todos los usuarios del centro, cuenta con un horario muy apretado, ya que entre semana tiene todo el día completo con las numerosas actividades que realiza.

Arteterapia, bádminton, revista, videojuegos y también otras más centradas en la enfermedad, como educación para la salud, cognitivo o juegos de expresión. Pilar ha hecho muy buenos amigos en Asapme. Tanto es así, que su amistad sale de los límites del parque Delicias y los fines de semana quedan para salir y divertirse.

Ahora tiene 51 años y ya lleva casi 20 conviviendo con su enfermedad. Tuvo que venir a Zaragoza desde su pueblo y aquí vive con su hermana pequeña. Estudió la rama sanitaria hasta 3º de Bachillerato, posteriormente comenzó con sus estudios de auxiliar de clínica y también de educadora de disminuidos psíquicos.

Los fines de semana sale con sus amigos, lee, va al cine, al teatro o a tomar algo. “Mi enfermedad no me impide hacer nada y es algo de lo que tengo que estar orgullosa”, asegura contenta.

Ramón viene a Asapme un poco más tarde, sobre las 10.00 horas porque, tal y como señala, “me gusta mucho dormir”. Tiene 41 años y lleva acudiendo a este centro desde 1995, aproximadamente.

Él también es muy consciente de que hay que tomarse el tratamiento rigurosamente. Desde que está aquí, apunta, “he mejorado mucho porque antes casi no salía ni tenía vida social”, explica. Antes de venir a Asapme “no quería hablar con la gente y me quedaba siempre en casa”.

Ramón padece un trastorno obsesivo compulsivo. “Aquí hago tantas cosas que a veces mi cabeza de ordenador me dice que pare un poco”, destaca. Le gusta mucho el deporte y también juega a la Quiniela.

“Merece la pena venir aquí”, insiste Ramón, “aunque contar con los amigos y familiares también ayuda aunque no tienen este problema, pero te apoyan y aconsejan”, añade contento.

Evolución de la sociedad

“Podemos ver la botella medio llena o medio vacía, pero hay que ser optimista”, destaca Ana López cuando habla sobre la evolución de la mentalidad social. La sociedad acepta cada día más a estas personas y por eso desde Asapme consideran tan importantes los programas de divulgación de hábitos saludables.

A lo largo del día desarrollan numerosas actividades que ayudan a desarrollar sus capacidades
A lo largo del día desarrollan numerosas actividades que ayudan a desarrollar sus capacidades

“El rechazo social surge del desconocimiento y del miedo”, asevera la directora del centro. Por ello, también es fundamental dar a conocer en qué consisten las enfermedades mentales.

Cuando se conoce la enfermedad, la gente se acerca y ve el ser humano que hay, y no la enfermedad. “De ahí nace la empatía y también su aceptación social”, indica Ana López.

No se puede negar que la conciencia social ha evolucionado mucho. Ahora, la gente es más abierta y tolerante. También hay más recursos, tanto para tratar a las personas que padecen esta enfermedad, como para divulgar y dar a conocer en qué consisten estas enfermedades, cómo pueden afectar y “también es importante que sepan que tienen tratamiento”.