El día que Pablo cambió los pies por las manos

Pablo Acolea ha sido protagonista en las últimas semanas. A su debut en Primera frente al Valencia, le siguió la titularidad en el Coliseum Alfonso Pérez. Pero pocos conocen que el aragonés buscó triunfar antes con el balón en los pies que bajo palos. Algo que convierte al canterano en un guardameta peculiar y de lo más completo.

Zaragoza.- Alcolea saborea todavía el esperado debut con el primer equipo del Real Zaragoza, después de pasar por todas las categorías inferiores. Antes de detener balones, el canterano marcaba goles con varios clubes. Fue entonces cuando Pablo tomaría una decisión que sería, a largo plazo, una decisión perfecta. Cambió los pies por las manos. Ahora, cuenta con el aval de Roberto y uno de sus ex entrenadores con más nombre, Ángel Lafita.

Sus primeros pasos como futbolista llegaron en La Puebla de Alfindén. Allí, el aragonés mostraba sus cualidades como mediapunta y sus goles no pasaban desapercibidos entre los clubes de categoría benjamín. Más tarde, tuvo ocasión de repetir actuaciones con la camiseta del Atlético Delicias, donde jugó en la posición de mediocentro ofensivo.

Llegada al área y poderío a balón parado eran sus armas más destacadas cuando Pablo sólo tenía nueve años. Sin embargo, saltó a El Olivar en alevines y se puso los guantes para probar sus habilidades en la portería. Sus buenas actuaciones con el conjunto zaragozano fueron inyectando confianza en Alcolea y el Real Zaragoza puso sus ojos en la figura del improvisado arquero.

Así, el meta viajó a Brunete para proclamarse campeón de España con el Real Zaragoza alevín defendiendo el portal blanquillo durante todo el torneo. Momento que sirvió al aragonés para confirmar su tremendo futuro como portero de la escuadra zaragocista.

Desde entonces, Pablo ha pasado por todas las categorías inferiores de la entidad maña, de infantiles hasta el filial. Pero el día 23 de febrero Alcolea se estrenaba con el primer equipo blanquillo en La Romareda. La lesión de Roberto un día antes del encuentro y la expulsión de Leo Franco ofrecían la alternativa al cancerbero.

Con personalidad y acierto, Pablo desbarató las ocasiones del Valencia para salvar un punto en la recta final del partido. Por ello, el portero aragonés se mostró satisfecho con el debut liguero y Jiménez repetía con él bajo palos en el Coliseum Alfonso Pérez ante la ausencia del madrileño y del argentino.

Pablo Alcolea durante un entrenamiento del equipo aragonés
Pablo Alcolea durante un entrenamiento del equipo aragonés

Los maños caían en Getafe por dos goles a cero en un agridulce día para el canterano. Eso sí, los más cercanos a Alcolea vivieron una semana especial. Entre ellos, su primo Pedro Lozano, que también había compartido vestuario con Pablo durante muchos años en el club blanquillo, explicaba para ARAGÓN PRESS las sensaciones provocadas por su debut.

Así, Pedro reconocía que “es un sueño que hemos vivido los dos desde que fuimos campeones de España en alevines y hemos compartido el éxito juntos”. En esta línea, añadía que “para mí, se podría decir que la recompensa es como si hubiese debutado yo. Cuando salió ante el Valencia estuve a punto de llorar, la emoción fue tremenda”.

En lo puramente deportivo, Lozano destaca “su excelente juego con los pies. Le hace ser más completo porque tiene un desplazamiento muy bueno y da tranquilidad a la hora de jugar a ras de césped con él”. Además, cuenta con “un gran uno contra uno y capacidad de liderazgo para meter a los defensas en el partido”.

Pero si algo ha llevado a Alcolea a la primera plantilla es su enorme carácter. Por ello, Pedro asevera que “lo más importante de Pablo es la confianza en sí mismo. Vive mucho los partidos porque es un jugador muy intenso”. Motivos de sobra para ganarse un hueco en los planes futuros de Manolo Jiménez.

Aval de Roberto

El propio Roberto ensalzaba en rueda de prensa a Pablo Alcolea. El guardameta madrileño aseguraba que habló con él para aconsejarle que “se centrara en tener buenas sensaciones y transmitir cosas al equipo, porque parar es lo que hace todos los días y sabe hacerlo perfectamente”.

Asimismo, señalaba que “no hay mal que por bien no venga” y, a veces, “toca participar por lesión de otros porteros. Pablo ha tenido la oportunidad y siempre es bueno probar jugadores de la casa como él, que lleva tiempo esperando, y ha aprovechado para estar a la altura con creces”.

A pesar de apostar por Leo Franco para afrontar una situación complicada como la actual, Roberto finalizaba su opinión sobre el canterano afirmando que “Pablo es un jugador que para el futuro puede aportar mucho al club, por su calidad como futbolista, y hace tiempo que no hay un portero de la casa que sea importante para el equipo”.

Pablo estuvo a las órdenes de Lafita

Alcolea junto a Leo Franco
Alcolea junto a Leo Franco

El ex futbolista y ex entrenador del Real Zaragoza infantil Ángel Lafita tuvo a Pablo a sus órdenes. Con sólo trece años, el meta compartió vestuario con un Lafita que recuerda la “buena hornada de porteros, junto a Unai Calavia, y cada año se ha afianzado más en la portería para ganar enteros”.

Asimismo, Ángel destaca “la paciencia que ha tenido Pablo, que es la paciencia que hay que tener en Aragón y en el Real Zaragoza, y también de muchos chavales”. Finalmente, “ha llegado el premio y, sinceramente, Alcolea debería ser jugador de la primera plantilla la campaña que viene y tenemos portero para muchos años”.

Aunque Lafita colaboró de manera directa en la formación del arquero aragonés durante su estancia en la Ciudad Deportiva, asevera que “el premio es para él, por el tesón, por las ganas de sacrificarse, por todos los momentos que se pasan allí arriba, cuando las cosas van bien y van mal. Hay que ser muy fuerte para conseguirlo y Pablo lo ha hecho”.

Por ello, el ex entrenador del Real Zaragoza infantil concluye afirmando que “espero y deseo que sea profesional del fútbol”. Es la historia de un portero atípico y que un día tomó la correcta decisión de parar balones en lugar de marcar goles. Del talento con los pies a la seguridad con las manos.