Dos rumanos detenidos en Zaragoza por una pelea por celos entre compatriotas

La Policía Nacional detiene a dos hombres en el transcurso de una pelea por celos, ya que los agresores se encontraban bailando en una discoteca con la ex de una de las víctimas. Ambos han sido puestos en libertad con la imputación de un delito de lesiones. En un primer momento, fueron arrestados por robo con violencia.

Zaragoza.- ¿Una pelea por celos o un robo con violencia? Eso tendrá que dirimir el juez de Instrucción número 11 de la capital aragonesa que desde el pasado sábado tiene sobre la mesa una reyerta entre cuatro ciudadanos rumanos residentes en Zaragoza que se saldó con dos detenidos y otros dos heridos.

Los dos arrestados Víctor O. y Gabriel D. ya se encuentran en libertad con cargos, después de que ambos hayan prestado declaración ante la Policía Nacional y ante el juez de guardia, auxiliados por su abogado, Juan José Serra. Ante el magistrado han negado el robo de un teléfono móvil tal y como señalaban los querellantes.

Algo que no han podido negar, después del visionado de las imágenes de seguridad de los exteriores de la discoteca en la que se produjo la pelea en cuestión, son los puñetazos proferidos contra dos compatriotas. Y ese que, tal y como han señalado, éstos se encontraban con una amiga que era, casualmente, la ex pareja de una de las víctimas.

De hecho, en el minutado de la secuencia se observa, según la diligencia policial, la “actitud desafiante y agresiva” de los querellantes contra Gabriel D., quien opta por meterse en el local. Mientras, en el exterior, se encuentran los agredidos y Víctor O. Pocos minutos después los denunciantes quieren entrar dentro de la discoteca, pero se les impide los miembros de seguridad privada que se encuentran en la entrada.

El tiempo pasa y Gabriel D. decide salir del establecimiento de ocio nocturno y ahí ya no tiene escapatoria y recibe una bofetada que desemboca en varios puñetazos mutuos. No obstante, hay un momento en el que salen fuera del espacio en el que las cámaras pueden grabar y se pierde el relato de los hechos.