San Antón reúne a mascotas y dueños en su tradicional celebración

La iglesia de San Pablo ha sido el escenario en el que decenas de ciudadanos y sus mascotas han conmemorado el patrón de estas últimas: San Antón. Además de los actos estrictamente religiosos, numerosas localidades de la Comunidad conmemoran la efeméride con hogueras y los ritmos de la música para combatir el frío de enero.

Zaragoza.- Como cada 17 de enero, decenas de ciudadanos y animales se han congregado a las puertas de la iglesia de San Pablo, en el barrio de El Gancho, para esperar la bendición en el día grande para las mascotas: San Antón.

La festividad de San Antón ha cambiado a lo largo de los años, pasando de centrarse en los animales que colaboraban en las labores del campo, como bueyes o burros, a los animales de compañía más diversos. Así, en las puertas del templo, se han congregado fieles con diferentes tipos de compañeros.

Entre ellos, la dueña de una iguana que aseguraba haber acudido “durante ocho años para pedir que todo vaya bien y esta vez, en especial, porque lleva unas heridas en la boca”. Además también había gatos, varios tipos de aves, perros de todos los tamaños y también una pitón real. “Tiene dos años y venimos para que todo vaya igual de bien que hasta ahora”, reconocía su propietaria. Sin embargo, junto a los que acumulaban más experiencia también había algunos debutantes como la responsable de un gato que confesaba no haber acudido antes, pero que “quería ver en que consistía”.

Los animales más exóticos han sido los que más han despertado la curiosidad de los viandantes, pero también un can y su dueño que han exhibido su compenetración con varios ejercicios de habilidad. También han sido numerosas las mascotas que hoy disponían de un vestuario especial compuesto por vestidos, cintas con los colores de la bandera aragonesa, cachirulos e incluso

De la misma forma, en puntos de todo Aragón, y durante la noche de este pasado jueves, muchos vecinos aprovechan para reunirse en torno al calor de las hogueras. Es el ejemplo de Atea, donde la música de la charanga y los aperitivos nocturnos hacen que sus vecinos rompan la monotonía de los primeros compases del mes de enero. Algo que para Ventura Martínez, vecina del municipio, es “muy entretenido porque así no te quedas todo el día en casa”.