Zaragoza.- La teoría del Espiralismo considera que ser feliz depende de uno mismo. Tú eres el centro de tu espiral. La felicidad misma no se puede medir ni tocar ni pesar, por lo que saber si eres feliz, si es un sentimiento o una emoción, es muy dificultoso.
Una aplicación innovadora de la Universidad San Jorge y la Fundación Ibercivis incide en esta teoría pero demuestra que sí puede medirse la felicidad de las personas. Se trata de HappyUp, una app gratuita para Iphone o móvil soportado con Android.
Se desarrolló dentro del marco de la cátedra Simply para analizar la felicidad en las organizaciones. Allí se vislumbró que faltaban elementos a introducir para la medición y eso se ha hecho con esta nueva herramienta.
Hay que tener en cuenta qué tipo de felicidad mide, ya que las personas tienen dificultades para verbalizar qué significa para ellos la felicidad. En el ámbito científico vinculado a la psicología se entiende que existen tres acepciones: la primera de ellas se refiere a momentos que suponen un estado interior de felicidad o placer medibles. Un ejemplo de ello puede ser el encontrarse con un antiguo amigo, al que se le procesa un cariño especial, lo que genera un estado positivo en la persona.
La segunda tiene que ver con el juicio que hace uno mismo de sus sentimientos, lo que es más difícil de medir porque se relaciona con el pensamiento y, por lo tanto, es menos objetivo. De este modo, se trataría de la percepción que tiene uno mismo de si es feliz o no, algo muy relativo.
Y la tercera se circunscribe a la felicidad que tiene que ver con el desarrollo de nuestro potencial interior y que se expresa con conductas virtuosas que hacen ver el bienestar integral en la personalidad o armonía. Esto supone que a mayor desarrollo interior en un campo concreto, mayor plenitud. Aquí entra la serenidad o el gozo.
La aplicación mide que la felicidad de la persona sea estable y no dependa en demasía de circunstancias externas, para lo que propone entrenamientos a los usuarios que en un cuestionario de 20 preguntas estén por debajo del 80% positivo.
Siete parámetros
La escala evalúa siete aspectos y a ellos se adaptan los entrenamientos, que se reevalúan de nuevo cada 21 días. Se tiene en cuenta la cobertura de las necesidades básicas y el grado de seguridad que siente la persona; las relaciones afectivas; el valor que se da a las cosas; el desarrollo personal; el sentido vital; la contribución; y la espiritualidad.
La aportación más importante de la herramienta tiene que ver con la espiritualidad y el desarrollo personal, lo que no estaba exactamente medido en otras herramientas. Asimismo, se introduce la importancia que se da a las cosas y cómo afecta esto a nuestra felicidad.
La app utiliza una fórmula científica que pondera de mayor a menor los siete aspectos, en función del grado de satisfacción, y resta si la importancia que da la persona no corresponde a la que la herramienta considera teóricamente. De este modo, si se da más importancia a lo que no la tiene, se eliminaría un porcentaje.
Con el fin de aumentar esa felicidad se proponen entrenamientos. Para un nivel moderado de felicidad en el parámetro de cobertura de necesidades básicas, uno de los ejercicios plantea cuestiones como desprenderse de objetos a los que se da importancia y regalarlos a un amigo, para ver qué ocurre. Antes de ello, ofrece una cita de un filósofo clásico, que hacen a la persona replantearse sus criterios para ser feliz.
Los tests están hechos por psicólogos y se abordan los niveles que más condicionan la felicidad a la persona en cuestión para tratar de modificarlos, incrementándolos en un caso o reduciéndolos en otros.
Una nueva forma de hacer ciencia
Los usuarios de la aplicación podrán hacer aportaciones a los desarrolladores. Es una nueva forma de hacer ciencia, defiende Fermín Serrano, de la Fundación Ibercivis, quien explica que cada uno puede contestar lo que pasa por su cabeza en ese momento y a raíz de ahí categorizarlo, para mandar ejercicios y aportar citas que te hagan sentirte mejor.
