Zaragoza.- Después del silencio, vino el estruendo. Como cada Viernes Santo, Calanda ha sido el epicentro de la Semana Santa aragonesa. Su tradicional Rompida de la Hora ha convocado a miles de personas que aguardaban silenciosas el primer mazazo, que este año ha corrido a cargo del cineasta Montxo Armendáriz.
El tiempo ha acompañado y los cientos de bombos y tambores recorren ahora las calles y plazas del municipio. El estruendo se deja sentir por toda la localidad en un día en el que las túnicas blancas y moradas son el centro de todas las miradas. En este sentido, el alcalde de Calanda, José Ramón Ibáñez, ha resaltado que en este año “la afluencia ha sido mayor que otros años”. A ello ha contribuido que la Semana Santa y la Ruta del Tambor y del Bombo hayan sido declaradas como fiesta de Interés Turístico Internacional.
Armendáriz, el invitado de honor de este 2014, llegó a Calanda el jueves y tuvo la oportunidad de presenciar la procesión del Vía Crucis. “Se interesó por el ritmo del toque al que se rompe la hora y ha salido perfecto”, ha explicado Ibáñez. “Está muy satisfecho y la gente está muy feliz porque es un acto muy emotivo que cada año es único e irrepetible”, tal y como ha apuntado el alcalde.
Desde primera hora de la mañana la plaza del Ayuntamiento de Calanda comenzaba a albergar a los primeros visitantes. A las 10.00 horas esta plaza era ya un hervidero de calandinos y turistas ansiosos por sentir el silencio y el posterior estruendo que hace vibrar a la localidad. De hecho, el primer edil ha asegurado que el aumento de visitantes se ha venido notando durante toda la semana.
Siete de los nueve pueblos de la Ruta del Tambor y del Bombo, en concreto Samper de Calanda, La Puebla de Híjar, Híjar, Albalate del Arzobispo, Alcorisa, Andorra y Urrea de Gaén, rompían la hora anoche y este mediodía lo hacía Calanda. Una cita que marca uno de los actos más importantes de la Semana Santa y que genera una expectación que ni calandinos ni visitantes se quieren perder.
El cineasta ha dado este primer mazazo que da paso a 24 horas ininterrumpidas de bombos y tambores que recorrerán la localidad bajoaragonesa hasta las 14.00 horas de este sábado. Un acto que se conoce popularmente como “La parada” que “también despierta mucha emoción”, según ha insistido el alcalde. Y es que un cuarto de hora antes de poner el punto y final al resonar, “el ritmo es frenético y se pasa del estruendo ensordecedor al silencio”. Sin embargo, ha indicado Ibáñez, “el sonido de los tambores se sigue llevando en los oídos durante la tarde del sábado e incluso buena parte del domingo”.
