Huesca.- La Audiencia Provincial de Huesca ha acogido la primera jornada del juicio contra los cuatro trabajadores de Aramón Formigal acusados del robo de unos 30.000 euros propios de la recaudación de entradas y restaurantes de la estación invernal. Los hechos juzgados tenían lugar el 27 de febrero de 2013 cuando, supuestamente, los cuatro acusados se pusieron de acuerdo para perpetrar el asalto al vehículo donde viajaba el contable con la recaudación de camino a una entidad bancaria. Los cuatro acusados han entrado en sendas contradicciones en cuanto a la participación de los mismos en los hechos, así como, en quién es el responsable o cabecilla del asalto.
Los cuatro acusados tomaban asiento en la sala a la espera de dar testimonio sobre unos hechos que sí han quedado probados pero con importantes discrepancias en quién fue el responsable de su puesta en marcha y quiénes fueron los cómplices que asaltaron el vehículo en el que viajaba uno de ellos junto al contable.
El primero en prestar declaración era el trabajador de seguridad, Cristian Gallardo, que acudió a la estación para trabajar de manera temporal desde Ibiza. El mismo sí ha corroborado su participación en los hechos portando el arma simulada con el fin de atemorizar al contable. “Cuando llegué a Sabiñánigo supe por Guillermo que el trabajo que me ofrecía era el atraco de la estación. Yo le dije que sí porque tenía problemas de dinero por mis deudas de juego”, ha constatado el acusado que sigue en prisión desde su detención el 30 de marzo de 2013.
“Pensaba que era todo un montaje que no habría heridos”, ha mantenido el mismo en sala a la vez que destacaba que en el atraco participó un David y supuestamente Guillermo que era el cabecilla de la operación. El mismo, entre sendas contradicciones y olvidos, ha constatado que no agredió a ninguno de los ocupantes del vehículo, sí empuñó el arma para hacerse con la mochila y fue el encargado de llevar el botín hasta Zaragoza donde sustrajo 8.800 euros para su uso particular y dejó el resto en un doble techo de un bar del barrio de Las Fuentes. Posteriormente se deshizo de la mochila que se utilizaba para el porte de la recaudación. Un testimonio que ha suspendido el acusado que no quería seguir contestando al Ministerio Fiscal.
Guillermo Sanz ha prestado declaración en segundo lugar y ha dejado claro que su participación sólo se remitió al traslado del contable. “Yo sabía que habían hablado de un robo y me dijeron que yo llevara al contable y les diera la mochila y ya. Me amenazaron y me dijeron que yo no me metiera”, ha relatado el acusado que decía no saber nada del arma y no quería dar nombres de las cabezas pensantes ya que no quería sufrir represalias.
Éste ha recordado que esa mañana tuvo el presentimiento de que iba a llevarse a cabo el robo del que había oído hablar en su domicilio que compartía con el resto de acusados. “Yo intenté quemar el embrague para que no pudiéramos subir a Anayet y no me dijeran nada pero el coche seguía funcionando. Le dije al contable que si no estaba toda la recaudación la dejara pero no quiso y ya al bajar cuando vi a los dos encapuchados pensé que se acababa todo y ahí empezaba toda la película”, ha afirmado el acusado a preguntas de la Fiscal que pedía explicaciones sobre las lesiones sufridas según el mismo en el transcurso de bajada hasta Escarrilla donde el contable y Guillermo permanecían en el vehículo hasta que el primero se soltara de sus ataduras y llamaran a la estación.
Un testimonio que ha rebatido el principal testigo de los hechos, el contable. D. A. prestaba testimonio muy nervioso y con todo lujo de detalles del que fue “el peor día de mi vida”. El mismo ha asegurado que Guillermo fue quien lo acompañó a hacer la recaudación y que su comportamiento “excesivamente nervioso” distaba de la normalidad. “Aparcó en la zona de personal en Anayet, algo que nunca había pasado y le dije que bajo responsabilidad. Después arrancó a toda velocidad de bajada y tuve que decirle que redujera la velocidad porque nos íbamos a salir en alguna curva”, ha declarado un afectado trabajador que desde los hechos ha precisado de ayuda psiquiátrica.
El contable ha responsabilizado a Guillermo Sanz de los hechos puesto que cuando aparecieron dos individuos en la vía de acceso, vestidos con ropa de esquí y con sus caras tapadas, el conductor redujo la velocidad y paró el coche ante la negativa reiterada de D. A. El mismo dice que le quitaron la mochila con la recaudación y sufrió un golpe de refilón antes de ser amordazado y atado con cinta americana y bridas en manos. Así, ha recordado que simulaban hablar en rumano para que no fueran reconocidos y mantiene que se realizó una primera parada, con el cambio de conductor, pasando Guillermo al maletero del vehículo de empresa de donde lo sacó el propio contable tras deshacerse de sus ataduras.
El más joven del grupo, Imade Lamarti, ha declarado no estar al tanto de un atraco que conoció con posterioridad a pesar de compartir piso con el resto de acusados. El mismo remarca que sí trasladó a Cristian Gallardo y David Delestal hasta la parada del bus para ir a esquiar como habían pactado la noche anterior en la discoteca Marchica donde llevaban a cabo sus labores de seguridad. Éste sí se ha responsabilizado de ir al bar del barrio de Las Fuentes en busca de un sobre con dinero. “Cuando supe que no era dinero limpio cogí y dejé el dinero en un conducto de ventilación del hotel donde estaba con mi novia”, ha relatado el mismo que sí decía guardar buena relación con Sanz con el que tenía entre manos la compra de un vehículo de segunda mano como negocio.
Precisamente Delestal ha acusado directamente a Sanz de un robo en el que según el mismo no participó puesto que estaba durmiendo en Sabiñánigo con su pareja. Así, ha arremetido contra Sanz añadiendo que era él “el que no paraba de decir que era muy fácil robar en la estación”. “Yo no tenía ningún plan”, ha insinuado el cuarto encausado que está en prisión. Su letrado, Jesús Pérez Santander, entiende que es el único que está encausado por el testimonio del resto de acusados negando así los hechos que se le imputan.
El acuerdo entre las defensas sí se ha hecho efectivo en el pago de las indemnizaciones a la empresa y al contable por daños morales. Entre los cuatro acusados se han reunido los 31.000 euros para Aramón que se encuentran depositados en la Audiencia, así como, los 4.800 euros reclamados por D. A. Precisamente ante este acuerdo la Acusación Particular ejercida por el holding aragonés se ha retirado minutos antes del inicio de la vista oral al considerar que quedaba pagada la deuda económica que se les solicitaba a los imputados.
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