Ansó recupera el "Alacay"

Los habitantes de la villa de Ansó, en la provincia de Huesca, han recuperado el "Alacay", un baile tradicional que dejó de practicarse en el siglo XIX. El próximo sábado tendrá lugar la presentación de esta danza recuperada del olvido en el cine de la localidad a las 19.30 horas.

Zaragoza.- El valle de Ansó perdió la tradición de bailar su danza del "Alacay" en el siglo XIX. Este pueblo de la provincia de Huesca acogerá este sábado la presentación de la recuperación de esta danza sacada del olvido a las 19.30 horas en el cine.

Esta danza fue sustituida en el siglo XIX por la jota ansotana, siguiendo la moda generalizada de la época, según señala Álvaro de la Torre en su texto "En torno al Alacay".

En éste asegura que el "Alacay" se bailaba en la romería que se hacía todos los años a la ermita de la Virgen de Puyeta, donde un grupo de dos mayordomos y diez mozos y mozas de Cofradía, más el asador, eran quienes durante la romería y en lugares muy precisos danzaban el "Alacay".

Explica De la Torre que la danza presentaba una compleja trama coreográfica y que la mañana del día de la romería el mayordomo y los sirvientes salían del pueblo, ataviados con el "rico traje de Cofradía" y portando "las picas", el estandarte de San Sebastián y la Cruz Parroquial, adornadas con cintas y un ramo atado en la punta. Cuando llegaban a la Cruz de piedra junto al puente del Veral esperaban a la mayordoma y mozas de Cofradía y a una señal de los mayordomos, cinco parejas formaban delante del estandarte y las picas, sujetando entre mozo y moza los extremos de los grandes pañuelos "de boda", al son del chiflo y salterio.

Formaban un corro y al terminar el baile, el mayordomo y la mayordoma levantaban los brazos sujetando otro pañuelo por debajo del cual pasaban todas las parejas. Después continuaban hasta la Cruz de Piedra y cerca de la ermita repetían la danza siempre en lugares concretos y durante el resto del día en la "Era de Puyeta". A la vuelta al atardecer repetían el baile en la Cruz del Veral.

De la tradición oral se recogen dos fragmentos de melodías haciendo referencia al ramo de los danzantes y otro que decía "Chandemingorra, tu me a mí, Tícolo-Taco, lo churrumpí!". Pudiera haber estado acompañada por una flauta de tres agujeros y tambor de cuerdas.