Innovación a la sombra de la fama

La empresa bilbilitana Taisi, de José María Lázaro, ha sido finalista del Open Innovation 2015 por sus avances en el campo de la alimentación. Sin embargo, sus productos de confitería o mermeladas de frutas no se muestran como un resultado final, sino un elemento dentro de otros, como turrones o tartas. El resultado es la innovación, pero en silencio.

Zaragoza.- Casi un siglo y tres generaciones después de que José María Lázaro Yagüe comenzara a vender viveros y fabricar sus primeras conservas de fruta, su nieta, Ruth Lázaro, defendía en la sala de la Corona del Pignatelli los motivos por los que la empresa familiar debía ser reconocida con el Premio Open Innovation 2015.

A pesar de no resultar ganadora, Lázaro asegura que se quedó satisfecha: “Tenía mucha incertidumbre sobre el dictamen del jurado, aunque competíamos con empresas mucho más grandes y tecnológicas”. Así, añade, que “de todos los finalistas la que más contenta salió, a parte del ganador, fuimos nosotros”.

Para la directora de la compañía era muy importante estar ya en la final, “por lo que a nosotros, a nuestra escala, en nuestro sector y sin tener un producto estrella o facturar y tener resultados maravillosos, se primaba y reconocía nuestro trabajo. Así que estoy muy, muy contenta”.

Trabajo silencioso

La compañía José María Lázaro S.A. está afincada desde su fundación en Calatayud y cuenta con dos marcas comerciales: Taisi y Falaguera. Así, desde inicios del siglo XX, la actividad ha seguido siendo básicamente la misma pero incorporando las pertinentes modificaciones en la cadena de producción.

“Somos fabricantes de fruta confitada, de mermeladas y rellenos y de frutas en almíbar y con un destino concreto: clientes industriales o pastelerías, somos ingredientes”, detalla Lázaro. En este sentido, explica que sacan de su planta “esa calabaza confitada que irá en un turrón o roscón de Reyes, unas cerezas confitadas para decoración, una mermelada para un croissant o una fruta en almíbar para una tarta”.

La fruta confitada es uno de los productos estrella de Taisi
La fruta confitada es uno de los productos estrella de Taisi

Como reconoce la responsable de Taisi, la marca “no está en el mercado como producto de consumo directo, ya que estamos dentro de esos productos”. Así, desde las instalaciones de la marca salen, entre otros, dos millones de kilos anuales de fruta confitada “con lo que eso implica de compra de materia fresca”. Así, Lázaro define a su empresa como “la bisagra entre la agricultura y la industria” en la Comarca Comunidad de Calatayud (con la cereza o la pera), aunque para determinados productos también recurre a plantaciones del Levante y Andalucía.

“Estamos comprometidos con nuestro territorio, involucrados en respetar nuestro ambiente, en firmar contratos a largo plazo, que sean sostenibles”, mantiene Lázaro. En este sentido recuerda que buscan una “relación con la agricultura que dé sostenimiento a la población y al territorio”.

Capeada la crisis

Para Lázaro, el encontrarse en un “sector maduro” provoca que no haya “grandes crecimientos ni grandes caídas”. “En 2011 y 2012 vivimos una pequeña bajada, que remontamos en 2013 y que ya en 2014 hemos superado marcando nuestros máximos de facturación que superan los cinco millones de euros”, apunta. Así, en los últimos años, la empresa ha pasado de contar con una plantilla estable de 20 trabajadores que aumentaba hasta más de 100 en campaña, a mantener un grupo constante de entre 40 y 50 empleados.

“Hay procesos todavía muy manuales y, aunque vamos innovando, la mecanización no es general porque hay muchos otros aspectos más allá de la productividad”, defiende Lázaro. A su vez, también reconoce que las cifras crecientes de ingresos y facturación significan que “todo lo que hemos invertido en innovación, en relevo generacional, que eran inversiones a largo plazo, ahora estamos recogiendo los frutos”.

Para Lázaro el factor humano es muy importante
Para Lázaro el factor humano es muy importante

Además de ese perfil innovador, la internacionalización es otra de las características que definen a la compañía de Calatayud. “Desde nuestra fundación, hemos salido al exterior. Mi abuelo cogía un cajón de ciruelas y se iba a Perpiñán, o mi padre vendía en Bélgica como si fuera Sevilla. Como resultado, la facturación en el extranjero supone un 35% del total anual y en su cartera se encuentran clientes de Francia, Italia, Suiza, Holanda, Sudamérica, India, Emiratos Árabes o norte de África.

Innovación a escala

Aunque la actividad ha sido básicamente la misma desde sus inicios, la firma bilbilitana ha ido incorporando avances en el proceso de trabajo. Son precisamente esos cambios los que fueron la base del proyecto que presentó Ruth Lázaro al Premio Open Innovation. “No presentamos ni un producto, ni una tecnología ni un agente externo”, reconoce la responsable. Por su parte, puntualiza que “entregamos todas las actividades de innovación abierta que se aplican en la empresa de forma sistemática en los últimos seis años”.

Estos avances se han dado en áreas diferenciadas, desde las ventas, a la comunicación mediante redes sociales. También los avances en nuevos productos, “que nos han permitido llegar a mercados como los cárnicos y embutidos, incluso ya no solo con frutas sino con verduras”, apunta Lázaro.

Sobre el fomento de la inversión en I+D, Lázaro recuerda que se tienen que dar “herramientas a la escala de cada empresa” porque en su caso, durante la entrega del Open Innovation, “muchas propuestas eran muy interesantes, pero la aplicabilidad a mi empresa, que es rural, agroalimentaria y pequeña, es otra cosa. Hablan en otro lenguaje”.

Así, desde su punto de vista, “se tienen que hacer unas políticas generales” para animar a la innovación porque, sostiene, “hay que mantener viva a la empresa y que se adapte, pero las acciones concretas tienen que estar muy ligadas a cada sector”.

La empresa está afincada en Calatayud desde su fundación
La empresa está afincada en Calatayud desde su fundación

Además, para Lázaro “la innovación es un camino que, como la internacionalización, hay que pensarlo a largo plazo”. En este punto, concreta, “todo lo que va a largo plazo e implica un gasto importante, si no te lo financian es muy difícil llevarlo a cabo”. Por lo tanto pide a las instituciones que “hay que poner los pies en la tierra”.

Planes de futuro

“Queremos que sigan surgiendo ideas innovadoras”, destaca Lázaro. Así, la gerente de la empresa afirma que “cuestionamos por qué hacemos las cosas así, aunque los más sencillo fuera ‘el siempre lo hemos hecho así’”.

Además, Lázaro asegura que también pretenden “trabajar con las personas” y detalla que planean fomentar “la motivación de los trabajadores, la formación, la capacitación; todo para seguir una mejora continua”.

Desde su punto de vista, echa de menos un mayor respaldo de las instituciones públicas, que en la actualidad inciden en la importancia del sector agroalimentario. Por lo tanto, pide que “se nos escuche antes de configurar cualquier plan” porque “sujetamos el territorio, la población” y también reclama que se reúna a “todos los peldaños de la escalera, de grandes a pequeños, a asociaciones…”. Así, Ruth Lázaro afirma que “me irá bien o mal, pero yo no me voy a ir ni a Turquía ni a Marruecos”.

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