Potenciar la bicicleta sin perjudicar al peatón

Los desplazamientos en bicicleta en Zaragoza han caído casi un 20% desde que no se puede circular por la acera. Es uno de los muchos datos que refleja el último barómetro sobre este transporte realizado por el Ayuntamiento. Desde el Consistorio consideran que el uso de la bici es una forma rápida de desplazarse y sostenible con el medio ambiente por lo que se han comprometido a repuntarlo. Sin embargo, cualquier acción a favor de las dos ruedas deberá ser escrupulosamente respetuosa con los peatones.

Los desplazamientos en bicicleta en Zaragoza han caído casi un 20% desde que no se puede circular por la acera. Es uno de los muchos datos que refleja el último barómetro sobre este transporte realizado por el Ayuntamiento. Desde el Consistorio consideran que el uso de la bici es una forma rápida de desplazarse y sostenible con el medio ambiente por lo que se han comprometido a repuntarlo. Sin embargo, cualquier acción a favor de las dos ruedas deberá ser escrupulosamente respetuosa con los peatones.

Para empezar, el Ayuntamiento de Zaragoza ya ha propuesto que los ciclistas puedan circular por calles peatonales y plazas del Casco Histórico colocando en calles de tráfico restringido las señales “R-102”, que dejan clara la prohibición de tránsito a los vehículos motorizados -con alguna excepción puntual-, pero que a su vez permiten el paso a las bicicletas. Una iniciativa que no ha sido bien acogida por el Consejo Aragonés de las Personas Mayores (Coapema), Stop Accidentes, Acera Peatonal y Cermi Aragón.

No es cuestión de demonizar a los usuarios de las dos ruedas, sino de proteger al viandante que pasea por las calles, que es el más vulnerable. Por eso, la convivencia en paz entre peatones, ciclistas, tranvías y vehículos a motor tiene que ser el objetivo prioritario del equipo de gobierno de Pedro Santisteve.  Estas medidas no pasan por poner en riesgo a ancianos, invidentes, niños o discapacitados, sino por construir más carriles bicis, cuando la situación económica lo permita.

Como vehículos que son, las bicicletas deben circular exclusivamente por la calzada, dejando libres las aceras. Eso sí, todos los ciudadanos, sobre todo los conductores, deben poner de su parte para que los usuarios de las bicicletas pierdan el miedo al asfalto. La paciencia y la educación vial son piezas fundamentales para conseguir que la capital aragonesa siga la estela de las grandes ciudades europeas en materia de movilidad.