Zaragoza.- La Guardia Civil ha intervenido un total de 368 kilos de caracoles que iban a ser vendidos en establecimientos hoteleros y que al no estar sometidos a ningún tipo de control sanitario puede ocasionar graves consecuencias para la salud del consumidor final.
El día 11 de abril, sobre las 14.40 horas, agentes del Puesto de la Guardia Civil de Candasnos, en el transcurso del servicio de protección a la seguridad ciudadana observaron a un vehículo circulando a una velocidad anormalmente reducida, hecho que suscito las sospechas de lo agentes, motivo por el cual decidieron darle el alto.
Durante las labores de identificación y posterior inspección del vehículo, los agentes comprobaron que en el interior portaba una gran cantidad de mallas de red con caracoles, preguntado el conductor por la procedencia de ellos, a lo que afirmó que eran de su propiedad, que los recogía y posteriormente los vende en establecimientos hosteleros en Lérida. Al no estar sometidos a ningún tipo de control sanitario puede ocasionar graves consecuencias para la salud del consumidor final.
Por tanto, la Guardia Civil procedió a la incautación de los 368 kilogramos de caracoles, que podrían haber alcanzado un valor en el mercado de unos 3.500 euros aproximadamente
Por los hechos expuestos se procedió a formular denuncia administrativa ante el Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, por infracción a la Ley 42/2007.
Los caracoles han sido devueltos a su medio natural por agentes del Seprona de la Guardia Civil.
