Expertos en salud mental y familiares de enfermos hacen autocrítica y aseguran que "no hay psiquiatrización de la vida"

Expertos en psiquiatría, en farmacología y familiares de enfermos mentales han debatido sobre el presente de los tratamientos y diagnósticos de los trastornos psiquiátricos. Todos los implicados han hecho autocrítica y desde el ámbito médico destacan que los fármacos son una alternativa "útil y segura". También han incidido en que "no hay psiquiatrización de la vida". El encuentro ha estado organizado por la Sociedad Aragonesa de Psiquiatría Legal y Ciencias Forenses en colaboración con Asapme.

Zaragoza.- La Sociedad Aragonesa de Psiquiatría Legal y Ciencias Forenses (Saplycf), en colaboración con la Asociación de Familiares de Enfermos Mentales (Asapme), ha organizado este jueves el encuentro "¿Sociedad enferma y psiquiatría en crisis?", que ha tenido lugar en el centro Joaquín Roncal de Zaragoza.

En este foro han participado el catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Zaragoza Antonio Lobo; el catedrático de Farmacología de la Universidad de Alcalá Cecilio Álamo; el psiquiatra infanto-juvenil del Hospital Miguel Servet José María Civera y la  periodista Mª Francisca García Inda, todos ellos moderados por el presidente de la Saplycf, Javier Ramón Jarne.

Para el vicepresidente de la Saplycf, José Carlos Fuertes Rocañín, es necesario que todos los sectores implicados en la salud mental, ámbito farmacéutico, médico y pacientes, hagan una autocrítica. Además, ha defendido que "los psicofármacos son útiles, seguros y necesarios; otra cosa es que se prescriban mal o para algo que no sirven".

A este respecto, ha puntualizado que "no hay una psiquiatrización de la vida". Pero también ha insistido en que "hay que dejar claro lo que son enfermedades mentales y lo que son comportamientos anormales, que pueden ser raros pero no tienen por qué tratarse".

Según Rocañín, el debate abierto en la actualidad sobre los diagnósticos y los tratamientos de los trastornos psiquiátricos tiene dos vertientes. En este sentido, ha destacado las acusaciones sobre "intereses económicos y comerciales que hay detrás de muchos diagnósticos por parte de la industria farmacéutica, y que quizá puedan tener cierto sustrato real, pero también hay interés en que no se consuman o que se consuman alternativas más baratas". Asimismo, también reconoce que se han llegado a lanzar "opiniones carentes del más mínimo rigor, capaces de generar una alarma social injustificada".

Esto, ha apuntado el presidente de la Sociedad, crea "una sombra de duda general inadmisible sobre los profesionales sanitarios" e, incluso, "hace un daño irreparable a aquellos sujetos enfermos más sensibles y vulnerables, dificultando su adherencia al tratamiento". Las consecuencias finales, ha subrayado, son "recaídas con el consiguiente problema de sufrimiento personal y familiar y también el incremento del gasto social".