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Lunes, 25 de septiembre de 2023
Política
15/10/2016

CHA reclama un impulso hacia la laicidad en las instituciones públicas aragonesas

Redacción

Zaragoza.- Chunta Aragonesista considera necesario un compromiso de las instituciones públicas aragonesas para seguir avanzando hacia la laicidad. El presidente de Ligallo Redolada CHA-Zaragoza, Jorge Marqueta, señala que la laicidad "es un principio fundamental de la convivencia democrática". En este sentido, añade que hay que exigir a los poderes públicos "neutralidad y el establecimiento de modelos de comportamiento institucional alejados de la identificación con las diferentes confesiones". Por este motivo, desde CHA creen necesario "seguir avanzando en este camino ".

Tales postulados, a juicio de CHA, conllevan un compromiso público en la construcción de una sociedad de hombres y mujeres iguales y libres, desde el respeto por las creencias religiosas de cada persona, pero también desde el convencimiento de que tales creencias deben permanecer en la esfera de lo privado. "No deben trascender a la actividad pública o institucional, por respeto a la pluralidad de creencias y opiniones religiosas", añade Marqueta.

"La actividad institucional es un ámbito compartido, común y que afecta directamente a personas de todos los credos y de muy diversas formas de pensar. Por ello debe estar gobernada y presidida por principios y valores de laicidad, dado que son los únicos que garantizan de verdad la igualdad y el respeto a toda la ciudadanía y a sus diversas creencias", asegura el presidente Ligallo Redolada.

CHA considera necesario dar muestras en pro de la laicidad institucional. Para ello consideran necesario avanzar en varios aspectos: exigir que en los actos públicos y en las dependencias institucionales se respete el principio de aconfesionalidad; garantizar la libertad de conciencia individual y la neutralidad ideológica de las administraciones públicas; derogar los concordatos suscritos por el Estado español con la iglesia católica; exigir una explotación y uso público de los edificios artísticos propiedad de confesiones religiosas rehabilitados con fondos públicos; revisar el tratamiento de la religión y sus símbolos en la enseñanza, y promover que aquellas celebraciones y ceremonias públicas en las que participen sus miembros, en su condición de cargos públicos, sean aconfesionales. 

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