José Vicente Marín: "A veces los padres no son conscientes del problema que pueden tener sus hijos con el juego"

Azajer ha detectado que los problemas de ludopatía comienzan cada vez a edades más tempranas. De hecho, atienden a unos seis u ocho menores de edad que, semanalmente, acuden a sus terapias. El secretario de la asociación, José Vicente Marín, alerta de que a veces los padres "no son conscientes del problema que pueden tener sus hijos con el juego".

Zaragoza.- Cerca de un 1% de la población es jugadora patológica. Una cifra que, aunque hace referencia al ámbito nacional, bien puede extrapolarse a Aragón. Sobre el perfil de jugadores, la mayoría son varones, solteros, de unos 30 años y con un sueldo de entre 600 y 1.200 euros.

A esta realidad se añade la que perciben desde la Asociación Zaragozana de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Azajer), que han notado que los problemas de ludopatía comienzan a edades más tempranas. De hecho, entre seis y ocho menores acuden semanalmente a las terapias de esa asociación.

El secretario de Azajer, José Vicente Marín, considera a este respecto que, a veces, los padres “no son conscientes del problema que puede tener los hijos con el juego”. Y, en este sentido, apuesta por las campañas de prevención tempranas.

Pregunta.- ¿Cuáles son las principales conclusiones que han extraído de la Jornada del Juego Responsable?
Respuesta.- Tenemos que potenciar, fundamentalmente, el desarrollo de la cooperación entre la Administración, las empresas de juego y los afectados para desarrollar programas de prevención y formación para conseguir que adolescentes y jóvenes no tengan este problema al haberles dado la suficiente información.

P.- ¿Qué le parece el cambio de denominación de Día Sin Juego al de Jornada del Juego Responsable?
R.- Nosotros siempre hemos dicho que desde Azajer no estamos contra el juego, sí estamos a favor de la prevención, la información y todo lo que sea necesario. Entendemos que es más práctico hacerlo en positivo y hablar de juego responsable.

P.- Al final, hay que reconocer que es un sector que genera importantes beneficios para la Comunidad...
R.- No es que sea ese nuestro "leit motiv", es el de los empresarios o incluso el de la Administración. En nuestro caso, como convencimiento terapéutico, entendemos que el problema no es el juego como tampoco lo es el alcohol o las drogas. Eso son soluciones, malas, que uno encuentra para escaparse de su realidad. Puedes acceder al juego y eso te permite escapar porque durante el tiempo que estás jugando no estás pensando más que en descargar la emocionalidad del premio, de volver a jugar... Eso no quita para que, cuando uno termina, tenga más problemas. Absolutamente todos, con problemas o sin ellos, buscamos vías de escape. Hay gente que encuentra en el juego ese punto de aliciente que le permite escapar de esa realidad que no quiere vivir.

P.- La ludopatía es, cada vez más, cosa de jóvenes, ¿por qué?, ¿qué ha cambiado para que se vean atraídos por el juego a edades más tempranas?
R.- Hay varias razones. En primer lugar, las generaciones que hoy están jugando han nacido prácticamente con las nuevas tecnologías incorporadas a su bagaje experiencial y vivencial. En segundo lugar, existe una "extraña" manía de regalar a un niño de 9 años, para su primera Comunión, un móvil. Un instrumento para mayores al que no van a dar el valor que tiene. Eso hace que el acceso a la tecnología sea lo más natural del mundo y el juego online está ahí.

P.- ¿Qué tipos de comportamientos preocupantes han observado entre los jóvenes?
R.- Siempre hay situaciones extremas. Azajer ha tenido que proveerse de una psicóloga infanto-juvenil porque hay chicos que tienen problemas con los móviles, independientemente de otros personales, que no podemos incorporar a los grupos de terapia porque tienen que ser mayores de edad.

Los juegos presenciales siguen de alguna manera de capa caída, según perciben desde Azajer
Los juegos presenciales siguen de alguna manera de capa caída, según perciben desde Azajer

Se da la circunstancia de que chicos con 17 años han ido a la Sección de Juego de la DGA a autoprohibirse la entrada a salones, etc. Allí les dicen que como no son mayores de edad no se pueden inscribir. De hecho no podrían acceder y ése es el problema. En algunas charlas, hay chavales que son capaces de confesarte que sí, que muchas veces no se atreven a entrar a las salas porque son menores de edad y los paran, pero siempre hay una persona mayor de edad que juega por ellos. Le dan el dinero, le dicen la apuesta que quieren, etc. Están jugando y eso es un problema.

P.- ¿A cuántos menores han atendido desde Azajer?
R.- Es un tema muy delicado. En primer lugar, porque son menores y, en segundo lugar, porque a veces ni siquiera sus padres son conscientes del problema que puede tener su hijo con el juego. No lo están detectando, les parece lo normal. Ahora puede haber seis u ocho menores que acuden a su terapia semanal a Azajer.

Hay críos a los que permanentemente se les ve con un móvil. Puede ocurrir que eso, en poco tiempo, se convierta en una necesidad porque es la vía que están encontrando para satisfacer el aburrimiento. También lo ven como algo normal los chicos de 18, 19 y 20 años que están en su habitación que han convertido en el Sancta Sanctorum, en algo privativo donde tienen el ordenador, televisión, equipo de música... No necesitan nada si ya pueden comunicarse desde ahí. Luego se producen situaciones como esos famosos hikikomori, jóvenes y adolescentes que no salen de sus habituaciones porque su comunicación es digital. En Zaragoza se ha tratado a una persona con este síndrome.

P.- Ustedes han detectado un auge de comisionistas, adultos que hacen apuestas en nombre de un menor, ¿cómo se puede acabar con ellos teniendo en cuenta que es difícil detectarlos?
R.- Por lo pronto habría que tipificarlo de alguna manera como un delito. Están siendo colaboradores en algo que es ilícito. Sucede lo mismo en Internet donde hay que inscribirse para acceder a páginas de juego. Es lo que sucede con algunos grupos de amigos en los que hay un mayor de edad que se inscribe y después todos pueden acceder a jugar con un PIN.

P.- ¿Cómo se puede luchar contra la ludopatía, especialmente a edades tan tempranas?
R.- Indiscutiblemente, hace falta un mayor control por parte de los padres y que estos se alfabetizaran en el uso de las tecnologías Además, si detectan cualquier situación anómala deben acceder a información, hay controles parentales... Por otro lado, yo creo que uno de los grandes errores que hemos cometido al hace campañas de prevención, tanto la Administración como nosotros, es dirigir el foco a edades en las que ya están jugando. Si queremos hacer una buena prevención tiene que ser temprana y hablar con chicos de 10 y 12 años porque cuando llegan a los 16 ya están jugando. Recuerdo que estuve dando charlas en La Almunia y cuando terminábamos, los chicos se paraban en el salón de juegos. Eso significa que esas charlas no han servido para nada. A la vez, cuando hablas con los padres se quedan extrañados al explicarles la necesidad de una prevención temprana.

P.- Los empresarios proponen que los salones de juego y apuestas se conviertan en zonas de esparcimiento colectivo, ¿qué le parece esta idea?
R.- Es una lucha permanente entre dos formas de ver una misma situación. Los reglamentos de salones dicen que un salón de juego empieza en el mismo umbral de la puerta y existe la obligación de pedir el DNI a quienes acceden. Lo que ha sucedido con los salones es que se han creado corners de las marcas de apuestas con sofás, televisiones y donde, seguramente, se les sirve una consumición, se les puede incentivar o los precios son menores. Ese corner sigue estando dentro de un salón y, por lo tanto, quienes accedan se tienen que identificar y los menores no pueden estar. Ahí está la discrepancia permanente, a la hora de valorar qué es y qué no es un salón.

Desde Azajer han detectado un auge de comisionistas, adultos que hacen apuestas en nombre de un menor
Desde Azajer han detectado un auge de comisionistas, adultos que hacen apuestas en nombre de un menor

P.- Al margen de las apuestas deportivas, ¿a qué otro tipo de juegos existe una mayor adicción en Aragón?
R.- Los juegos presenciales están remontando un poquito, pero siguen de alguna manera de capa caída. En cualquier bar es ahora muy difícil ver una máquina funcionando, la recaudación ha bajado y se están quitando máquinas de los establecimientos. El bingo no tiene generación de recambio, por eso se han permitido los bingos electrónicos. Así, todo lo que sea electrónico tiene una población joven. Lo que más auge tiene son las apuestas y le siguen las máquinas tragaperras. Hubo unos años en los que estuvo muy de moda el póker, pero ahora va en bajada.

P.- ¿Debería haber una legislación menos permisiva a la hora de publicitar los juegos?
R.- La Dirección General de Ordenación del Juego elaboró en 2015 una orden de publicidad del juego, pero no se ha llegado a aprobar. Por ejemplo, si estás oyendo la retransmisión de un partido, lo que no tiene sentido es que a la vez te estén diciendo cómo van las apuestas porque te están incentivando a jugar. Lo mismo ocurre con los partidos en televisión con publicidad de todas las casas de apuestas. Todo eso tiene que desaparecer y en esa orden estaba.

Por otro lado, la aparición de figuras que son modelos de imitación como Rafa Nadal o Cristiano Ronaldo con partidas de póker, ruletas... también está eliminada, pero hasta que no se apruebe esa orden siguen saliendo. Otro problema es que la Comisión de Autocontrol no funciona, por mucho que quieran decir que sí lo hace. Me refiero a los programas o a la publicidad que animan a hacer llamadas para ganar un premio, por ejemplo. Eso es incentivar el juego y no debería ser así.