Zaragoza.- Cuando los problemas surgen en la vida de las personas, la fotografía puede convertirse en un gran aliado. Como en el caso de Pilo Gallizo, una fotógrafa zaragozana que se enfrenta en su día a día a la baja visión, y para salir adelante ha decidido lanzar su proyecto "Retratos sobre fondo negro". Para ella, la fotografía ha influido como una religión y ha sido una terapia, que le ha acompañado en los momentos en los que se ha sentido sola. Esta exposición es el resultado de su superación personal, que busca además dar apoyo a todas las personas con baja visión.
Afrontó la enfermedad rodeándose de su gente, "luchando mucho" y con sentido del humor. Pero también, entrenándose y, como destaca, llenando su vida con algo que le apasiona como es la fotografía. "Yo no voy diciendo: Hola soy Pilo y tengo baja visión" asegura, pero de repente todo el mundo se ha enterado de su patología y reconoce que es "algo muy fuerte". En este sentido, con este proyecto, que insiste en que le ha ayudado muchísimo, quiere ayudar y "dar dignidad a la gente" para salir adelante con la creatividad y el arte, dos aspectos que considera positivos para lograrlo.
Y lo ha conseguido. En sus fotografías pueden verse más de 60 personas diferentes, desde su familia y amigos hasta gente que le rodea. Aunque no dejan de ser anónimas, que están pasando por un mal momento o sufren por una convalecencia o discapacidad, para ella son sus "héroes". Y a ellos va dirigido este "homenaje", tal y como califica este proyecto.
La muestra se compone de 40 retratos, un tipo de fotografía que le encanta aunque como explica, ella suele hacer fotografía "más cañera y de calle". Por lo que este ha sido un ejercicio muy bonito para practicar la luz, el género y estudiar a otros autores como Irving Penn, Avellaned o Richard Avedon, añade.
Con esta fuente de inspiración, la fotógrafa puso en práctica lo aprendido hasta dar con un contenido íntimo y personal para mostrar así "un momento singular y único de las personas" que retrata. Para ello, Pilo Gallizo montó un pequeño estudio en su casa, donde recibió varias visitas durante un año como consecuencia de su enfermedad. Su casa se convirtió en el atelier de un fotógrafo, explica, con vestimentas, servicio de maquillaje y peluquería y todo tipo de accesorios.
En parejas o en grupos, aisladas de su entorno, la fotógrafa quiso ensalzarles y captar la personalidad y la belleza de cada uno de ellos, donde su pose era "fundamental". Y es por esto que algunos de ellos aparecen con flores, libros o la cabeza de un cabezudo… para establecer así una conexión con la vida de cada personaje. Todas ellas reflejan un momento pero también emociones y recuerdos, lo que facilita que el público se "ponga en la piel" de estas personas, ya que además, están acompañadas de diferentes frases sobre la mirada de autores célebres como Julio Cortázar o Antonio Machado. Y de esta forma, consigue ser un proyecto "que conmueve".