Fiscalía reduce de 12 años de cárcel a una multa su petición para una niñera que intentó asfixiar a un bebé

La Audiencia de Zaragoza ha juzgado este lunes a una niñera acusada de intentar asfixiar al bebé que cuidaba, de nueve meses, en enero de 2016. El fiscal, que pedía inicialmente doce años de cárcel, ha considerado al final que la mujer cesó voluntariamente en su intento y solo le reclama 720 euros de multa y 500 de indemnización.

Zaragoza.- El fiscal ha rebajado de doce años de cárcel a 720 euros de multa y 500 de indemnización su petición para una niñera, Mercedes G. S., acusada de intentar asfixiar al bebé que cuidaba en Zaragoza, de nueve meses. Lo hace al apreciar que, aunque la acusada era "la única persona en condiciones de causarle las lesiones al niño", esta cesó voluntariamente en su intento. También pide a los magistrados de la Audiencia de Zaragoza que le prohíban ejercer cualquier trabajo relacionado con el cuidado de niños.

La familia del pequeño, representada por la abogada Xenia Cabello, sí mantiene su petición de doce años de cárcel. Por su parte, la defensa ha pedido la absolución al entender que "no hay pruebas" para desvirtuar la presunción de inocencia de su clienta y ha insistido en que se ha hecho "una chapuza de atestado" motivado por el diagnóstico "infundado y precipitado" de asfixia que hizo la médico residente que vio al pequeño en el Hospital Miguel Servet.

"Soy inocente"

Mercedes G. S. ha asegurado que no sabe "qué pudo pasar". El día de los hechos, el 15 de enero de 2016, la abuela materna, como era habitual, se había llevado al pequeño a pasear y después lo llevó a casa, según la declaración de la acusada. Ese día, el bebé no comió muy bien y la niñera guardó el resto de comida para que lo vieran sus padres. Como solía hacer, lo meció en brazos para que se durmiera y lo dejó en la cuna. Cuando llegaron los abuelos paternos, la mujer se marchó de casa.

Las mejillas excesivamente sonrosadas y los pequeños restos de sangre en la nariz llevaron a sus abuelos a pensar que el pequeño se había caído. Sobre las 19.30 horas, cuando los padres vieron al pequeño llamaron a la niñera para saber qué había sucedido. "Me dijeron que tenía pinta de haberse caído y yo les dije que no, ni se me había caído a mí, ni se había caído él", ha señalado la niñera, que, entre sollozos, ha aprovechado su derecho a la última palabra para insistir en su inocencia: "Soy inocente, no he hecho nada. Es un niño encantador y no tenía motivos para hacer daño a nadie. Es lo último que hubiera hecho".

Los forenses discrepan de lo sucedido

Sobre las lesiones que presentaba el pequeño, los médicos forenses han mostrado sus discrepancias. El doctor Salvador Baena, del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), ha explicado que son compatibles con "un intento de asfixia por sofocación" que no fue accidental. Fue una asfixia "de moderada a intensa" con "una privación de oxígeno mantenida durante algún tiempo". Eso sí, no superó los tres o cuatro minutos porque si no se habría producido la muerte. Baena ha apostillado que fue "probablemente con un objeto blando", pero "no hay elementos forenses" para demostrar si fue contra el pecho, en la cama, en un sofá o en otra posición.

Por su parte, el doctor José María López-Terradas, propuesto por la defensa, considera que las lesiones no responden ni a ahorcamiento ni a estrangulamiento, porque "no había marcas en el cuello", ni a asfixia porque las petequias (o marcas sonrosadas) no aparecerían únicamente en la cara, como en este caso, sino en todo el cuerpo. Este especialista ha apuntado así a la posibilidad de que el bebé presentara una "púrpura parainfecciosa". "Me parece demencial ir de cabeza a decir que esto es una agresión", ha agregado.

El juicio ha quedado visto para sentencia.