Antonio Jiménez: "El ejemplo de gestión del patrimonio de Albarracín rebasa la frontera de Aragón"

Albarracín es uno de los pueblos más bonitos de España, pero este no es su único hecho diferenciador. El director de la Fundación Santa María, Antonio Jiménez, defiende que su gestión del patrimonio es "un ejemplo que rebasa la frontera de Aragón". Para ello, cree que en un futuro había que abordar proyectos ante la "amenaza" del turismo.

Zaragoza.- Los pueblos considerados "los más bonitos de España" esconden rincones únicos desde los que contemplar los paisajes más especiales, pero Albarracín es algo más que todo eso. Además de sus calles medievales y su imponente muralla, la Fundación Santa María de Albarracín ha convertido esta pequeña localidad turolense en todo un "ejemplo de la gestión del patrimonio" con sus 30 infraestructuras y sus más de 1.400 bienes muebles restaurados.

Así de contundente se muestra el director gerente de la Fundación, Antonio Jiménez, quien derrocha amor por este pequeño pueblo medieval en cada una de sus palabras. Una involucración de varias décadas que ha llevado a este turolense de Orihuela del Tremedal a ser acreedor de la Encomienda de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio que concede el Ministerio de Cultura. Jiménez se muestra "orgulloso" porque se ha tenido en cuenta "el gran trabajo realizado durante casi 30 años en Albarracín".
Pregunta.- Este reconocimiento demuestra la importancia de la labor de la Fundación en Albarracín, ¿qué sería del patrimonio de la localidad sin el trabajo que han realizado estos años?
Respuesta.- Ahora no se entendería Albarracín sin la Fundación, sería imposible porque ha sido mucho el trabajo desarrollado. Se ha producido una gran transformación de lo que se ve, es decir, del patrimonio construido, pero también de lo que no se ve, del patrimonio mueble que hay dentro de lo construido. Las 30 infraestructuras y los 1.400 bienes muebles restaurados por la Fundación, emparejados a los 1.100 habitantes de Albarracín, demuestran que es una ciudad ejemplar por la gestión del patrimonio.

La Fundación Santa María de Albarracín ha restaurado 30 infraestructuras
La Fundación Santa María de Albarracín ha restaurado 30 infraestructuras

P.- ¿Qué diferencia a Albarracín de otros pueblos considerados también "los más bonitos de España"?
R.- Albarracín es único. Hay muchos pueblos bonitos y con características similares en muchos casos, pero ese Albarracín colgado en las montañas, mimetizado con el paisaje y rodeado por el cañón del río Guadalaviar y por la muralla con esas casitas modestas de yeso y madera… dibujan un paisaje único. Lo dicen los expertos, que han confirmado que Albarracín es uno de los paisajes culturales más interesantes de Europa.

Eso sí, Albarracín es excepcional pero ha habido que hacerlo excepcional. ¿Cómo se hace? Con una labor de gestión integral del patrimonio, restaurando la arquitectura y los bienes muebles, con la activación cultural y la atención personalizada del complejo de infraestructuras culturales que tiene Albarracín. Ese es el segundo hecho diferenciador de la localidad.

P.- Habla de una excepcional gestión del patrimonio pero… ¿es difícil cuidarlo con la gran afluencia de turistas que lo visitan?
R.- Me estás poniendo el dedo en la llaga porque una de las debilidades de cualquier conjunto que destaque por su belleza es la masa turística. Es una de las amenazas que intentamos abordar y en un futuro cabe la posibilidad de que desarrollemos algún proyecto para intentar buscar soluciones a lo que puede ser una amenaza de futuro, no actual. Las masas turísticas pueden ser un peligro que desequilibre el uso ordenador de este patrimonio excepcional.

P.- ¿Se plantean la posibilidad de limitar el aforo de Albarracín?
R.- Eso hay que estudiarlo, hay que ver cifras, condicionantes, resultados… Yo soy de los que piensa que hay que tomar las medidas necesarias para preservar el patrimonio y su disfrute, pero no soy yo quien tomo las medidas sino el Gobierno de Aragón. Sí que creo que hay que levantar la mano para decir lo que aconsejamos hacer.

Imagen de una de las restauraciones de la capilla del Pilar de la Catedral de Albarracín
Imagen de una de las restauraciones de la capilla del Pilar de la Catedral de Albarracín

P.- La reforma de la Catedral es la restauración más importante, ¿qué ha supuesto este lavado de cara para Albarracín?
R.- Un mito. La hemos puesto en solfa. La Catedral estaba pero guardaba, como digo yo, la aureola polvorienta. Ahora es un monumento perfectamente intervenido porque actuamos de acuerdo con los criterios de restauración más actuales. Si el mejor monumento de Albarracín se ha hecho al calor de la restauración profesional de la Fundación el resultado no puede ser mejor.

P.- ¿Cuánta gente la ha visitado desde su reapertura?
R.- Me atrevería a decir que en torno a las 40.000 personas, porque la Catedral cuelga de las visitas guiadas del denominado "Albarracín Espacios y Tesoros" que gestiona la Fundación. Esto son cuatro lugares que pueden visitar los turistas: el Castillo, el Museo de Albarracín, el Museo Diocesano y la Torre Blanca. La Catedral ha marcado el devenir de la ciudad desde la Edad Media y eso se ha visto en la restauración con las huellas que nos hemos encontrado. El Centro de Información gestiona estos complejos y recientemente se ha puesto en marcha el montaje de lo que va a ser la Casa de la Sierra.

P.- Con esto se refiere a la restauración de la antigua Casa de la Comunidad, ¿qué es lo que se pretende con esta intervención?
R.- Así es. La Casa de la Comunidad es la última incorporación a las infraestructuras que gestiona la Fundación. Es una casa de propiedad municipal que ha tenido usos administrativos últimamente, pero antiguamente sirvió de hogar para los trabajadores de los aserraderos. Ya la intervinimos en 1999 y ahora que se ha quedado desocupada pensamos que sería el sitio adecuado para presentar el entorno de Albarracín, la sierra. Se van a recoger los valores paisajísticos e históricos que hacen de este espacio un lugar de gran atracción para el país. La sierra marca hitos y es esa historia la que queremos presentar en la Casa de la Comunidad.

P.- ¿Cuándo esperan abrirla al público?
R.- Ahora estamos con el proyecto y vamos a empezar a acomodar la casa para poder recibir el contenido en 2018. El año que viene intentaremos hacer el montaje parcial o total, dependiendo del presupuesto que podamos conseguir para abordar el proyecto.

La futura restauración de la muralla servirá para rematar la faena de la conservación del patrimonio
La futura restauración de la muralla servirá para rematar la faena de la conservación del patrimonio

P.- Después de tantas actuaciones, ¿qué falta por hacer en Albarracín?
R.- Queda pendiente la muralla, el Convento de las Dominicas, la ordenación de espacios naturales, muchos bienes muebles por recuperar de los almacenes de la catedral, los archivos Diocesano, Municipal y Catedralicio… Hay mucho material que demuestra que ha llegado a nosotros el legado de la historia.

P.- ¿Qué intervención es más urgente para la Fundación?
R.- Ahora mismo el completar el paisaje necesita de la muralla, es prioritaria. Todo lo demás es igual de prioritario porque hay mucha riqueza histórica pero en ese planteamiento gradual yo diría que para lo que todo el mundo valora la muralla es un elemento clave. Serviría para rematar la faena de la conservación del patrimonio. Si pensamos más en futuro un proyecto estratégico podría ser el del convento, pero igual puede esperar uno o dos años.

P.- ¿Qué repercusión tienen programas como el de "Volando voy" de Jesús Calleja en Albarracín?
R.- Una repercusión impresionante. Aún estoy recibiendo enhorabuenas y aún me hago fotos con algún turista que dice que me conoce del programa. Otros reportajes como el de Pepa Bueno de la SER, de RNE, Onda Cero o el reportaje de El País han tenido una repercusión muy ejemplarizante. Albarracín es un ejemplo que rebasa la frontera de Aragón porque se tiene muy en cuenta aquí pero también en España y fuera de ella. Cuando alguien quiere saber qué hacer con el patrimonio tienen en cuenta siempre el caso de Albarracín.