Zaragoza.- Cinco son las temporadas que el Real Zaragoza arrastra en la categoría de plata del fútbol español. Cuatro son los partidos que separan al conjunto aragonés de poder retomar el lugar que nunca debió perder. Y en cifras de miles se suman las almas zaragocistas que apoyarán al equipo durante 15 decisivos días. Eso sí, sin olvidar de dónde se viene.
Es algo en lo que insiste Íñigo Eguaras, quien recuerda que la humildad y no el nombre de la entidad es lo que ha llevado a los de Natxo González a ser terceros en Liga y ser candidatos al ascenso. El navarro ha sido un imprescindible para el vitoriano, especialmente en la segunda vuelta, aunque no quiere la etiqueta de brújula del equipo. Sí sueña con poder jugar en el Real Zaragoza en Primera División.
Pregunta.- Después de ganar en el Mini Estadi, ¿cómo llega el equipo a la eliminatoria ante el Numancia?
Respuesta.- Bien, con muchas ganas e ilusión de empezar el partido y que salga todo como queremos.
P.- Se han aprobado los primeros exámenes, pero llega el final.
R.- Al principio los exámenes no se aprobaban con nota, pero la segunda vuelta ha sido magnífica con muchas victorias, una brutalidad. Hemos llegado al tercer puesto por méritos propios.
P.- ¿Le vino bien el descanso a Eguaras del pasado sábado?
R.- La verdad es que llevaba varios partidos fatigado y con molestias, pero ahora me encuentro bien y con ganas de darlo todo.
P.- En un playoff no hay favoritos, a pesar de ser el tercero contra el sexto.
R.- Así es. No hay cartel de favoritos ni el nombre del club tiene que hacernos de más. El equipo ha llegado hasta aquí por su humildad y en un partido puede pasar cualquier cosa. Cualquier equipo te puede pintar la cara y más en un playoff.
P.- ¿Está olvidada ya la situación con el míster de la semana pasada? ¿Ha entrado algo al vestuario?
R.- Nada. Estamos ajenos a ello, muy centrados en lo que es el playoff. Queremos acabar bien la temporada y estamos cerca del sueño de estar en Primera División.
P.- Venía de jugar en Anduva con el Mirandés, que por capacidad no es La Romareda. ¿Cómo está viviendo este cambio?
R.- Al final es un cambio enorme. Jugar aquí ante 30.000 personas cada fin de semana es algo que muchos no pueden cumplir. Sales al campo, te sientes jugador de fútbol, más arropado y más grande que el equipo contrario. Es de agradecer.
P.- La importancia de Eguaras en el equipo es capital. ¿Cómo se lleva ser la brújula del equipo desde el centro del campo?
R.- La verdad es que con normalidad. No me siento ni la brújula, ni el cerebro, ni nada. Vine aquí porque quería sentirme importante, me gustaba el proyecto y sabía que era a largo plazo. Me siento muy cómodo en este club, con mucha confianza y arropado por mis compañeros. Qué mejor que devolver todo esto con trabajo.
P.- Bromeaba hace unos días con que no había marcado ningún gol esta temporada, aunque no sea su máxima responsabilidad. ¿Está reservado el del ascenso?
R.- Ojalá que sea así. Es verdad que me quedo con mal sabor de boca por no haber conseguido ningún tanto, pero tampoco me importa tanto. No soy un jugador egoísta en ese aspecto, así que ojalá Dios me toque con la varita y pueda meter un gol en el playoff.
P.- Y a la afición, ¿qué mensaje se le puede mandar?
R.- Pues tampoco nada en especial. Estamos viendo que nos sentimos muy arropados en los últimos meses. Cada desplazamiento es como sentirnos en casa. Ya se vio en el partido de Liga en Soria, que era una pasada, sentíamos que había mucha más gente del Zaragoza que del Numancia. Agradecerles todo lo que nos están dando, el apoyo y la ilusión que hemos generado en ellos. Que sigan creyendo en nosotros porque tenemos mucha confianza en que se cumpla.
P.- ¿Ha imaginado a un Real Zaragoza en Primera?
R.- Todos lo soñamos. Es verdad que me gusta vivir el día a día, no mirar el futuro, pero de reojo sí vemos que estamos a cuatro partidos de cumplir el sueño de estar en Primera División.
