El acusado de agredir a Iván Ramírez asegura que "perdió los papeles" y le dio "dos o tres puñetazos"

Iván K. asegura que "perdió los papeles" cuando vio que el atleta Iván Ramírez agarraba a su novia, menor de edad, por la cintura y, tras enzarzarse con él, le propinó "dos o tres puñetazos". Así se lo ha explicado al tribunal que le juzga en la Audiencia de Zaragoza. Por esos hechos, se enfrenta a una pena de hasta 14 años de cárcel.

Zaragoza.- Iván K., de 26 años, ha reconocido este martes que "perdió los papeles" cuando vio cómo el atleta andorrano Iván Ramírez, de 40, "agarraba por la cintura" a su novia, menor de edad y prima lejana del segundo. Le dio entonces un empujón, se enzarzaron y le propinó "dos o tres puñetazos" que acabaron derribándolo al suelo. 

"Queríamos ponerlo en evidencia delante de toda la familia porque no era normal que un tío de 40 años le enviara esos mensajes a su prima de 17", ha insistido Iván K. ante los magistrados de la Audiencia de Zaragoza que le juzgan como presunto autor de un delito de lesiones agravadas. Fiscalía pide doce años de cárcel mientras que la acusación particular eleva su petición a 14 años de arresto al entender que cometió un delito de asesinato en grado de tentativa. 

Según la declaración del acusado, cuando Iván Ramírez cayó al suelo "estaba consciente", aunque poco a poco "se le hinchaba el ojo". "Estaba avergonzado y se quería ir a casa", ha manifestado Iván K. -defendido por el abogado José Cabrejas-, quien ha añadido que la víctima no quiso que avisaran a los sanitarios y "se montó en su coche por su propio pie".

Así lo ha asegurado también su primo Aleks, que está acusado de un delito de omisión de socorro por presenciar la agresión y no auxiliar a la víctima. "Se negó a ir a urgencias. Si hubiéramos notado que tenía lesiones graves, habría llamado a una ambulancia", ha apostillado.

Tras la agresión, Iván K. llamó a su suegro, que acudió al lugar. Se sorprendió al encontrar allí a Ramírez que, según ha señalado este testigo, se negaba a ir a urgencias: "Me dijo olvidaos de esto y yo me olvido". Así las cosas, le ayudó a cambiarse de camiseta y lo dejó en su coche.

Este hombre ha contado que llegó a acudir a la Fiscalía de Menores para denunciar "el acoso" que sufría su hija. Sin embargo, este martes ha explicado que la denuncia se archivó "porque los hechos no se habían consumado", ha lamentado indignado. 

Cuando recibió los mensajes "subidos de tono" de Iván Ramírez en Facebook, la novia del acusado no supo qué hacer: "Nunca me había pasado nada de esto y me quedé en shock". Optó por pedirle a Iván K. que se quedara con su cuenta. Como él, ella ha insistido en que "la intención no era hacer daño" a Ramírez sino demostrarle a la familia "por qué había ido hasta Ejea". Cuando Iván K. le golpeó y la víctima cayó al suelo, ella se "asustó". "Inmediatamente le preguntamos cómo estaba y le ofrecimos llevarle donde quisiera", ha agregado.

"Mi hijo está menos muerto, de todo" 

Iván Ramírez sufrió un traumatismo craneoencefálico que le llevó a una situación de coma inducido. Logró salvar su vida y hoy se recupera de las lesiones -algunas irreversibles-, pero no ha podido declarar en el juicio. Un informe de los médicos forenses explica que no cuenta con las condiciones psíquicas óptimas para tomarle declaración como perjudicando al presentar una severa afectación de las funciones cognitivas superiores. Sí ha testificado su madre. 

"Mi hijo está, menos muerto, de todo", ha sintetizado para detallar después que de aquella agresión le han quedado "muchísimas secuelas", "tiene obsesión por la comida", "no es capaz de llevar la contraria" y "si no lo levantase, se quedaría todo el día durmiendo". No puede correr como hacía antes, pero "tiene mucha fortaleza" y eso le ha permitido caminar. 

Casi dos años después de la agresión, la madre de Iván Ramírez todavía se pregunta cómo pudieron abandonar a su hijo que, según le informaron en el Hospital Clínico, había sido golpeado en "puntos isquémicos", lo que iba a tener "graves consecuencias". De hecho, ella le vio con la cabeza "extremadamente desorbitada".

Fue un vecino de Ejea, a quien no ha tardado en abrazar la madre de Ramírez este martes, quien encontró al atleta en su coche. "Vi que había alguien con la cabeza hacia delante. Pensé que estaba inconsciente, me acerqué, pregunté a ver si estaba bien y no llegó a contestarme, simplemente hizo un gesto [de okey]", ha relatado. Regresó entonces a su casa, cogió su móvil y avisó a la Policía municipal.

El juicio continuará este miércoles con los informes forenses y las conclusiones y, previsiblemente, quedará visto para sentencia.