Una investigadora del INA entra en un proyecto internacional para evitar ataques químicos

La ingeniera química de la Universidad de Zaragoza María Pilar Pina formará parte del proyecto internacional Sensoft. El proyecto consistirá en la búsqueda de sensores para detectar agentes químicos en fase gas en lugares como aeropuertos, estaciones de tren y metro y centros comerciales, evitando así posibles atentados terroristas.

Zaragoza.- La ingeniera química María Pilar Pina, investigadora del Instituto Universitario de Investigación en Nanociencia de Aragón (INA) de la Universidad de Zaragoza, trabajará en un proyecto internacional Sensoft sobre sensores de respuesta rápida ante amenazas de riesgo químico en zonas sensibles. El objetivo es proporcionar alternativas robustas, fiables, de bajo coste y fácil manejo para los intervinientes y Fuerzas de Seguridad del Estado ante situaciones de potencial riesgo químico.

Los últimos ataques terroristas "ponen de relieve que las áreas con alta concentración de personas, como estaciones de tren y metro, aeropuertos, medios de transporte masivo, centros comerciales, se están convirtiendo en objetivos de grupos terroristas".

De ahí la transcendencia del proyecto europeo Sensoft Smart Sensing for Rapid Response to Chemical Threats on Soft Targets, en el que participa la investigadora María Pilar Pina, que ha conseguido de la Unión Europea una subvención de 750.000 euros en la convocatoria RISE 2018 (Research and Innovation Staff Exchange) del programa Marie Sklodowska Curie Actions. Además, esta propuesta ha obtenido una calificación de "excelente" con un 96.6/100 frente a la nota media de corte en el Panel de Ingeniería y Ciencia de la Información, de 83.2/100.

Sensoft busca "establecer una red internacional e intersectorial" formada por tres instituciones académicas europeas, tres centros tecnológicos y tres Pymes en torno a un programa de investigación conjunto sobre "detección temprana de agentes químicos en fase gas en lugares cerrados y no protegidos con elevada concurrencia de población civil”. 

María Pilar Pina, profesora titular del Departamento de Ingeniería Química y Tecnologías del Medio Ambiente, integrante del grupo de Películas y Partículas Nanoestructuradas (NFP) del INA, recibirá 130.000 euros de la Unión Europea (UE) para poder desarrollar este trabajo, con estancias de movilidad en empresas de Dinamarca, Alemania y Portugal, y en la Universidad de Michigan (EEUU). 

Pina investiga desde el año 2005 en sensores para detección de vapores en concentraciones traza (en el rango de partes por billón y partes por millón). Sus últimos tres proyectos de investigación del plan nacional en el área de Ciencias y Tecnologías Químicas se han centrado en “la detección de explosivos (principalmente nitroderivados) y agentes químicos de guerra (principalmente neurotóxicos)".

Su aportación al proyecto Sensoft se fundamenta en el empleo de materiales nanoestructurados con propiedades plasmónicas y de adsorción superficial específica para la fabricación de microdispositivos de bajo coste que permiten la detección inequívoca y ultrasensible de las moléculas diana directamente en fase gas mediante espectroscopía Raman SERS. Los participantes en el proyecto Sensoft "intercambiarán habilidades y conocimientos en este campo y en el de redes de sensores inalámbricas y autónomas" cuyo despliegue masivo proporciona la primera alarma ante cualquier situación irregular.

"La finalidad de afrontar los retos mundiales globales por medio del intercambio de conocimiento e ideas se pone de manifiesto en Sensoft". El consorcio cuenta también con la participación de "dos excelentes grupos académicos" de terceros países (EEUU y Canadá) con experiencia reconocida en sistemas microanalíticos portátiles y modelado de propiedades de materiales para fortalecer el enriquecimiento de ideas y garantizar la viabilidad científico-técnica de la propuesta.

Las tecnologías de detección ortogonal a nivel sub-ppm en fase gaseosa que se estudian en Sensoft tendrán oportunidades de mercado no solo en el campo de la detección temprana de amenazas por agentes químicos, sino también en el campo de salud (diagnóstico de cáncer o enfermedades crónicas mediante detección de biomarcadores en aliento o tejidos), monitorización medioambiental, control de procesos químicos industriales.