Zaragoza se convierte un año más en crisol de colores, raíces y músicas

Una mezcolanza de colores, raíces y músicas invade Zaragoza un año más, en la XVII edición del Eifolk. Durante cuatro días, más de 400 participantes de siete países diferentes compartirán su cultura tradicional en una edición que también se trasladará hasta Zuera y Binéfar.

Zaragoza.- La capital aragonesa se convertirá desde hoy y hasta el 2 de septiembre en punto de encuentro del folklore internacional, en una nueva edición del Eifolk. Durante estos días, Zaragoza se tiñe de tonos alegres y músicas y bailes exóticos, pues en la ciudad se darán cita agrupaciones procedentes de siete países diferentes, entre los que se encuentran Argelia, Tailandia o Argentina, que participan en este XXVII Encuentro Internacional de Folklore.

Tal y como ha asegurado el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, el festival “viene a ser una muestra de cómo las esencias del folklore, de las raíces, de la cultura de los diferentes países esta aquí representados en nuestra ciudad”. También distintas comunidades autónomas de nuestro país, como Cataluña, la Comunidad Valenciana o Aragón han participado en este encuetro.

Hoy los participantes han desfilado por la Calle Alfonso y la Plaza del Pilar a ritmo de castañuelas, flautas y otros instrumentos tradicionales, y, en este mismo lugar, han izado sus banderas y han mostrado cada uno de sus bailes como símbolo de paz.

“Cuando bailemos y cantemos o veamos cantar y bailar a los demás, pensemos que lo que estamos haciendo es un acto de reconocimiento, de solidaridad y de hermanamiento con cualquier ser humano del planeta, por encima de su condición económica, cultural, étnica o ideológica, o incluso si vive en la paz o bajo la guerra”, ha sentenciado el concejal de Economía, Hacienda y Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Fernando Rivarés.

Durante sus 26 ediciones de historia, el Eifolk ha traído a Zaragoza a 200 grupos de más de 80 países diferentes, que han ofrecido al público de nuestra ciudad su pasión, su música y, en definitiva, su forma de ver el mundo. Un año más, el festival continuará en la Sala Mozart del Auditorio, aunque, en esta ocasión, con el reconocimiento otorgado por la Unesco como CIOFF Mundial, la más elevada categoría de los certámenes artísticos de este tipo.