¿Oportunidad o timo?

La provincia de Teruel será en los próximos años uno de los territorios en toda España que más parques eólicos y solares reciba. Desde principios de 2018 están confluyendo una serie de factores que hacen presagiar un futuro muy negro para la provincia de Teruel. En primer lugar están las amenazas cada vez más irreversibles del cierre de la Central Térmica de Andorra, en gran medida producido por la elevación de los cupos de energía limpia exigidos por la UE para el 2030 del 32%. Este más que probable cierre está produciendo un incremento notable en la ya crítica situación de la despoblación en las cuencas mineras que arrastra también al resto de comarcas limítrofes.

La provincia de Teruel será en los próximos años uno de los territorios en toda España que más parques eólicos y solares reciba. Desde principios de 2018 están confluyendo una serie de factores que hacen presagiar un futuro muy negro para la provincia de Teruel. En primer lugar están las amenazas cada vez más irreversibles del cierre de la Central Térmica de Andorra, en gran medida producido por la elevación de los cupos de energía limpia exigidos por la UE para el 2030 del 32%. Este más que probable cierre está produciendo un incremento notable en la ya crítica situación de la despoblación en las cuencas mineras que arrastra también al resto de comarcas limítrofes.

Ante esta desesperada situación nos está llegando, cual maná en el desierto, una gran campaña mediática, en todo Aragón pero especialmente en Teruel, del conocido lobby de presión relacionado con la producción de energía que aparentemente se nos vende como una gran oportunidad. Y ante la crítica situación que vivimos, seguramente los turolenses volveremos a agarrarnos a esta "oportunidad", cual clavo ardiendo, sin contemplar otras alternativas ni cuestiones claves como con qué intereses se está realizando esta campaña (que a continuación voy a detallar).

Esta "oportunidad" nos llega de un sector ya conocido para la provincia y en especial para las cuencas mineras y los pueblos que han girado históricamente en mayor o menor medida en torno a las minas y la Central Térmica de Andorra. Un sector estratégico que era, es y será fundamental para el desarrollo y mantenimiento de la soberanía nacional de cualquier país (esto es de primero de geo-estrategia) y el cual en la mayoría de los países de nuestro alrededor como Francia, Italia o Portugal se encuentra controlado por empresas de titularidad pública. Pero en España no es así y aquí es donde tenemos que empezar a hilar fino y no dejarnos engatusar.

En España tanto PP como PSOE colaboraron en la privatización de empresas de titularidad pública como Endesa, Telefónica, Iberia, Argentaria, Gas Natural, Repsol y un largo etcétera. Estos mismos políticos que privatizaron las empresas públicas se sentaron luego en los consejos de administración de las empresas ya privatizadas en la triste figura que hoy conocemos como “puertas giratorias” (resumiendo: vendieron lo de todos para dárselo a unos pocos). Con respecto a la privatización del sector energético los resultados han sido nefastos.

Prueba de ello es la actual escalada de precios y el aumento del “índice de pobreza energética” (familias sin luz y calefacción en invierno). Pues bien, ahora resulta, que estas mismas empresas, las privatizadas, van a gestionar esta gran ‘oportunidad’ y pretenden salvarnos de nuestra delicada situación. Como entenderán soy muy escéptico a que las mismas empresas que son capaces de dejar a menores sin calefacción en invierno quieran salvar a esta provincia de la lenta agonía económica y demográfica que nos atenaza.

Si leemos las noticias que vienen publicando durante la campaña de marketing que están realizando, la lista de localidades agraciadas con esta ‘oportunidad’ es interminable. Por un lado nos aseguran una supuesta creación empleo y por otro la recepción millones de euros para los municipios, los cuales seguramente serán utilizados para paliar la escasa y deficiente financiación local, seguir alimentando la política del pesebre instalada en los mismos y de paso de una manera torticera cargar en los hombros de las administraciones locales con el peso de la descarbonización del territorio y su reindustrialización.

En este punto es donde el conjunto de la sociedad incluido el Estado como representación de la misma y con unos intereses en teoría diferenciados de los lobbys y grupos de presión privados debería hacerse una serie de cuestiones y poner las necesidades del territorio y sus trabajadores encima de la mesa con la reindustrialización de las zonas afectadas y la generación de puestos de trabajo. Sinceramente, con la experiencia que tenemos a nivel nacional con las “puertas giratorias” y a nivel del territorio con la gestión de los diferentes fondos Miner, Fite, Reindus… ¿seguimos pensando que estos actores defienden nuestros intereses como trabajadores y como sociedad?

Durante el pasado año hubo lugar a tres subastas estatales para la producción de energías renovables en las que las empresas privadas del sector se han hecho con diferentes cupos en MW. Como no podía ser de otra manera dados sus recursos naturales, condiciones climáticas y redes de evacuación y suministro eléctrico, Aragón en general y Teruel en particular han sido destinatarias de un boom de peticiones de permisos para la instalación de plantas de aerogeneradores y energía fotovoltaica. En Aragón son más de 140 parques los que están en tramitación, concretamente en Teruel sólo Endesa-Enel y Forestalia pondrán en marcha nueve parques eólicos en la provincia con un total de 304,64 MW lo que supone un 10% del total de los 3.000MW que el Gobierno de España adjudicó en la penúltima subasta. Un conjunto de plantas generadoras de electricidad de 1.800 MW producen en fase de explotación, según los datos dados en algún medio de comunicación, unos 65 puestos de trabajo. Esto quiere decir que las nueve plantas proyectadas en Teruel con 304,64 MW van a necesitar de entre 10 y 11 operarios.

Por otro lado, según otro medio de comunicación, la DGA asegura que por cada MW instalado se crearán tres empleos en fase de explotación, esto quiere decir que con lo proyectado en Teruel hasta el momento ya se van a generar 900 puestos de trabajo en fase de explotación. Desde luego que no nos creemos que este dato sea correcto y la DGA haría bien en desmentirlo o en verificarlo.

Con los datos expuestos queda meridianamente claro que lo que no puede ser es que nos vendan y a su vez nosotros compremos todo este proceso como la doble panacea de la reindustrialización y transición energética justa. Recordamos que con el presunto inevitable cierre de la Térmica estamos hablando de la pérdida de miles de empleos, y es a eso a lo que hay que hacer frente.

En un futuro también sería interesante conocer qué cantidad de las inversiones realizadas por las empresas privadas de este sector, para seguir explotando y aprovechando los recursos naturales de nuestra tierra, serán finalmente pagadas por fondos públicos tanto nacionales o vía UE (de los dos modos es dinero que sale de los bolsillos de todos nosotros, unos más que otros claro).

Al final se trata de que no nos dejemos deslumbrar, gracias a mega campañas publicitarias y líneas editoriales afines pagadas a golpe de talonario, por lo que parece oro y no es más que hojalata. Y de que pongamos en cuestión un sistema eléctrico que a todas luces está viciado y podrido tras su privatización, y que nos preguntemos qué pasaría si en cuenta de estar los territorios, administraciones y trabajadores al servicio de las eléctricas estuvieran las eléctricas al servicio del bien común y los intereses nacionales. Y esto sólo se consigue con la renacionalización de las empresas energéticas que en su momento fueron privatizadas.  Esto último no lo digo porque sea comunista, lo digo porque nadie pone el zorro a cuidar las gallinas, si no es que quiere que se las roben.