Opinión

Septiembre

Arranca este mes con obligado y fraternal recuerdo, de la vida ya cumplida, que merece ser celebrada. Tanto más, cuando la existencia cunde y colma expectativas, para convertir en envidiable el itinerario recorrido.

Arranca este mes con obligado y fraternal recuerdo, de la vida ya cumplida, que merece ser celebrada. Tanto más, cuando la existencia cunde y colma expectativas, para convertir en envidiable el itinerario recorrido.

Licencia personal al margen, estrenamos el tiempo de la vuelta, también ciclista desde hace unos años; aunque me refiero a la otra, la que torna a la normalidad de las cosas, al comienzo de curso con su famosa vuelta al cole, a las nuevas temporadas de las emisoras de radio, con el regreso de sus voces estelares, y a la actividad política, que a decir de entendidos y tertulianos, ha disfrutado este año de menos descanso del habitual.

Pero si hay algo que habitualmente se relaciona, con este cambio de hoja del calendario, es el fascículo del coleccionable de turno. No hay época del año en que más anuncios e invitaciones recibamos en los diferentes medios de comunicación para hacernos con el mejor y más extraño artilugio, biblioteca o colección. Todo sea por esa especie de sensación de falta de actividad, relacionada con el periodo vacacional, y que ahora hay que superar. Como el síndrome postvacacional.

Algunos, haberlos haylos, que para no tener que enfrentarse todavía a estas cuitas, o simplemente porque así lo prefieren, guardan su merecido descanso estos días. También hay pueblos que celebran sus fiestas patronales apurando el verano, como la manera más jovial de despedir el estío, tiempo agradecido en el que parece que vivimos más, tal vez porque la luz del día dura más.

A ver qué pasa finalmente con la cuestión horaria, si se mantiene el horario de invierno para los doce meses, o si se sigue con los ya habituales cambios de octubre y de marzo. Lo sabremos en los próximos días. En pleno ajetreo, oiga: los libros de los niños, los zapatos, la ropa,  el chándal, el comedor, las extraescolares…pero también la revisión del dentista, del oftalmólogo, la puesta a punto para comenzar en las mejores condiciones el nuevo curso escolar.

Un nuevo peldaño, dentro del proyecto educativo, concebido en etapas de nueve meses, al estilo de la concepción humana, para crecer individualmente como personas y como seres sociales. Y un reconocimiento muy especial al cuerpo docente que, en todo este proceso, acompaña, lidera, anima y contagia a los chavales para que descubran sus potencialidades, y sean capaces, como dijera el poeta Pedro Salinas, de construir el mejor tú. Y añado, para conseguir un mejor nosotros.