David Gavín: "El boom actual de las renovables contribuirá a que nuestros hijos se encuentren un mundo más limpio"

La Dirección General de Energía y Minas del Gobierno de Aragón autorizó la implantación de 53 proyectos de parques eólicos en tierras aragonesas. En la mitad ha participado Satel, una de las compañías locales más antiguas en proyección eólica de la Comunidad. Su director adjunto ofrece su visión sobre el boom de las energías del futuro.

Zaragoza.- La aproximación al horizonte 2030 comienza a mecer con intensidad el establishment energético. Los estados miembros se aprietan las tuercas para acelerar los procesos de transición, poniendo rumbo a la sostenibilidad. El objetivo es cumplir con lo pactado por Europa, cuya hoja de ruta marca que, en ocho años, cerca del 30% de la energía consumida haya de provenir de fuentes renovables como la eólica o la fotovoltaica. Un nuevo contexto que germina oportunidades para Aragón, por ser región con altas potencialidades energéticas. 

Este mismo verano, la Dirección General de Energía y Minas del Gobierno de Aragón autorizó la implantación de 53 proyectos de parques eólicos en territorio aragonés, con una potencia total de 1.778,04 megavatios. En aproximadamente la mitad de ellos ha participado Satel, una de las compañías aragonesas más antiguas en proyección eólica de la Comunidad, cuya actividad ha logrado echar raíces en países como Brasil y Perú. Su director adjunto, el ingeniero industrial David Gavín, conversa con Aragón Digital sobre la trayectoria de la empresa en el sector energético, y comparte su visión sobre el “dulce” momento al que asiste Aragón tras el boom de las renovables. 

Pregunta.- Satel lleva más de 25 años ofreciendo servicios de ingeniería en instalaciones de electricidad, gas y telecomunicaciones…
Respuesta.-Así es, llevamos desde finales de los 80 en el sector. Dentro de la actividad de la electricidad, tocamos dos tipos de clientes: empresas de transporte y distribución de energía -trabajando para Endesa, GasNatural Fenosa o Red Eléctrica de España-, y promotores de energía renovable. En esa línea, somos una de las empresas más antiguas en la elaboración de proyectos de parques eólicos, desde los originarios de La Muela, con aquellos pequeños aerogeneradores de baja potencia. Ese proyecto ya era nuestro. Desde entonces, nos hemos diversificado y expandido a nivel nacional e internacional, computando cerca de 400 parques eólicos proyectados para los principales promotores -Enel Green Power, Gamesa, EDP Renovables, Forestalia, Viesgo Renovables, Brial,Grupo Jorge, etc.-.

En fotovoltaica hemos diseñado instalaciones sobre el suelo -con seguidores o fijas-, y también en cubierta, más vinculadas a industria. En gas, somos mono-cliente (RedexisGas), y trabajamos tanto en su red de transporte con gaseoducto, como en la red de distribución en interior de poblaciones. En el ámbito de las telecomunicaciones, nos encargamos de las infraestructuras, y trabajamos para operadores como Telefónica, Orange, Mas Móvil o Vodafone. 

P.- ¿En qué consiste exactamente su actividad? 
R.- Hacemos ingeniería, pero entendiéndola como servicio integral. Ofrecemos desde estudios de viabilidad de un proyecto cualquiera, a ingeniería básica para la tramitación de autorizaciones, o a ingeniería de detalle para construir. Ya en fase de obra, llevamos dirección de obra, coordinación de seguridad y salud, o vigilancia ambiental. Dentro de este hilo conductor que es la ingeniería, hay otras actividades colaterales. Por ello, contamos con departamentos de topografía, de consultoría ambiental, o de tramitaciones y permisos. Tratamos de ofertar un concepto de servicios de ingeniería “llaves mano”.

P.- ¿Qué tipo de parámetros miden al diseñar un proyecto? 
R.- Antes de acometer el diseño de una instalación, es fundamental tener muy claro que el emplazamiento es compatible con la actividad que se va a desarrollar. En ese sentido, a nivel medioambiental, es preciso hacer un estudio integral: suelo, vegetación, fauna, impacto que va a tener sobre la actividad el hombre, o incluso el impacto económico a medio y largo plazo. Hay que ser estricto, pues resulta ser una actividad muy fiscalizada por la administración. Las ingenierías nos ocupamos de redactar los estudios para luego presentar al organismo regulador, y este se encarga finalmente de autorizar, o no, dicho proyecto. 

El Horizonte 2030 establece que para ese año el 30% de la energía mundial provenga de fuentes renovables
El Horizonte 2030 establece que para ese año el 30% de la energía mundial provenga de fuentes renovables

P.- ¿Cuántos proyectos se desechan por incompatibilidad medioambiental?
R.- Se caen un gran número de proyectos, pero no solo por motivos medioambientales, sino porque además entran en juego muchas otras variables. Por ejemplo, es muy importante encontrar un punto de conexión a la red. Para poder promover un parque eólico has de tener la garantía de que la energía generada podrá ser evacuada a la red para venderla. Este proceso hoy en día se está cargando también muchos proyectos, porque la red está saturada y los puntos de conexión son cada día más escasos y de menor capacidad. Otros también se caen porque se observa que el retorno económico no va a ser tan interesante como se creía de inicio. 

P.- Para los no entendidos, ¿qué quiere decir que esté saturada la red? 
R.- Quiere decir que la red eléctrica tiene una capacidad concreta en cada nudo. Es una red que está mallada y cada nudo es una subestación eléctrica con una capacidad límite para absorber energía. Admite equis megavatios, no más. Entonces, para que acepte más, hay que ampliar la red y así podrá conectarse más potencia. Por ello, por mucho que se empeñe uno en conectar un parque a una red saturada, hasta que no se ejecute la ampliación, no saldrá adelante el parque. 

P.- El fervor europeo por la sostenibilidad sí está motivando que muchos salgan adelante, ¿no?
R.- Sí, el boom actual de las energías renovables estalló a raíz dela adjudicación de subastas de los últimos años. Antiguamente, los parques que se construían recibían el reconocimiento de instalación de producción de energía en régimen especial, lo que significaba que cada kilovatio por hora que vendía tenía un precio especial -de alguna manera primado-, que hacía las instalaciones nuevas rentables. No obstante, este régimen fue uno de los desencadenantes del famoso déficit de tarifa. Las eléctricas compraban la energía a un precio alto, frente al que se podía obtener si se hubiera producido la misma energía por otras fuentes convencionales. Hubo un momento en que se produjo una moratoria, frenando el régimen de primas. Esta situación paralizó al sector, al mismo tiempo en que estalló la crisis internacional. 

P.- ¿La situación era entonces insostenible y tuvo que idearse un plan “b”?
R.- El escenario ha cambiado en los últimos años. La administración sacó tres subastas por las que se puso en licitación un cupo de potencia para nuevas instalaciones a ejecutar, y los promotores concurrían a esos concursos proponiendo un precio de venta para cada kilovatio hora que produjesen. El que ofertó el precio más barato, se llevó el gato al agua. En ese proceso, surgieron promotores, muchos de esta tierra, que ofrecieron la venta de la energía a precio de mercado -sin ningún tipo de prima- y ganaron todas las subastas. Este nuevo modus operandi no se entendió bien a priori en el sector, pero ahora está asumido que el precio de venta de la energía eólica es “a mercado”. Estamos asistiendo a un reajuste general de los precios de aerogeneradores y demás componentes energéticos, y la tendencia apunta a que la energía eólica termine siendo viable sin protección, sin generar déficit de tarifa, sin generar sobrecoste a los consumidores. 

P.- Y en este nuevo contexto ¿la tendencia, ahora, es Aragón?
R.- El sector en sí vive un momento especialmente dulce en España, porque, gracias a la adjudicación, se va a construir mucha eólica, fotovoltaica y biomasa. Y en Aragón, también lo vamos a vivir intensamente. Yo soy un enamorado de mi tierra y me alegro por ello. Además, nuestro mayor aliado aquí es el viento. Un recurso endógeno y autóctono muy aprovechable, por el que las compañías locales han sabido apostar. Muchas empresas ganadoras de la subasta son aragonesas y, tirando para la tierra, van a construir sus parques en Aragón. Todo esto también está siendo posible porque se ha recibido mucha ayuda a nivel de tramitación por parte del Gobierno de Aragón agilizando los procedimientos de autorización de construcción. 

P.- ¿Una tramitación laboriosa?
R.- Tramitar un parque eólico conlleva mucho tiempo, es un proceso muy largo. Desde la ocurrencia de alguien de “aquí podría implantarse un parque”, hasta su ejecución, pueden transcurrir siete, ocho o diez años. Esto era incompatible con los plazos que marcaba la última subasta, porque planteaba la puesta en servicio de los parques a tres años vista, es decir, para 2020. Consciente de ese problema, el Gobierno de Aragón ha instaurado una figura-denominada Proyectos de Interés Autonómico-, que ha ayudado a reducir ciertos plazos de tramitación administrativa a la mitad en aquellas promociones que han obtenido dicho reconocimiento, favoreciendo el cumplimiento de los hitos fijados en las subastas. 

Empresas locales y nacionales han apostado fielmente por aprovechar el recurso aragonés más valioso: el viento
Empresas locales y nacionales han apostado fielmente por aprovechar el recurso aragonés más valioso: el viento

P.- Y favoreciendo la atracción por este territorio…
R.- Sí, y no solo por los promotores locales. Hay muchos otros nacionales e internacionales que conocen la tradición eólica aragonesa y el fantástico recurso que tenemos, y han decidido apostar por nuestra tierra, implantando aquí parte de su adjudicación. Es el caso de empresas de primer nivel como Gamesa, Gas Natural Fenosa, Iberdrola, Enel Green Power o EDP Renovables. Esto hace que haya muchísimo trabajo ahora en Aragón, sobre todo en eólica, y en menor medida también en fotovoltaica. Se están empezando ya a construir los primeros parques de Forestalia (proyectos Goya y Monlora), que es un paso importante. 

P.- ¿Qué papel juega Satel en las recientes adjudicaciones? 
R.- Este nuevo contexto influye de manera positiva a nuestra empresa, porque la actividad que desarrollamos es transversal a todos los procesos implicados en el desarrollo de un parque eólico. Participamos, de alguna manera, en todos ellos. Tanto en el plano de los promotores de los parques, como en el delas compañías de transporte y distribución de energía eléctrica, a cuyas redes se conectan las plantas de generación.

P.- ¿Cuál es su porcentaje de participación en esos 53 proyectos que serán implantados en Aragón?
R.- Probablemente, habremos colaborado de una u otra forma en al menos un 50% de ellos. Ya sea en fase de diseño, evaluación medioambiental, asistencia en obra, tramitación, o procedimiento de conexión a la red. Todos esos proyectos requieren de asistencia “antes, durante y después”. Y ahí estamos nosotros.

P.- Estarán ahí, en medio de una nueva era energética. ¿Cuál cree que es el fin último de esta revolución?
R.- Al final se trata de dejarles a nuestros hijos un mundo, como mínimo, del modo en que nos lo encontramos nosotros. Y esto solo se logrará con el viraje de la metodología de producción energética hacia un modelo más limpio. El mundo necesita energía, porque nadie se imagina ese mundo sin aire acondicionado o televisión. Es algo que no podemos cambiar. Lo que sí está en nuestra mano es la manera de generar esa energía.