Sara Dobarro: "El nuevo método mSD reprograma las redes neuronales para cambiar los estados emocionales"

El método innovador mSD Sara Dobarro tiene como objetivo ayudar a las personas a superar sus miedos e inseguridades a la par que desarrolla todo el potencial y talento por descubrir. Tras pasar por el Congreso de Innovación ICOT y por las manos del psiquiatra Rojas Marcos, este método ahora se puede reflejar en datos y analíticas.

Zaragoza.- El método mSD de Sara Dobarro centrado en el desarrollo organizacional y liderazgo personal, surge como fruto de conjugar la comunicación no verbal, la neurociencia y el coaching ejecutivo. Con él, se consiguen reprogramar las redes neuronales y cambiar los estados emocionales como, por ejemplo, el estrés. Estos cambios, que "se aprecian desde la primera sesión", se consiguen a través de una técnica "muy sencilla: la grabación". En ella se interiorizan y racionalizan los procesos cerebrales propios de quien rentabiliza su inteligencia emocional.

Tras presentar este innovador método en EEUU ante el prestigioso psiquiatra Rojas Marcos y en el marco del Congreso de Innovación ICOT 2018 en Miami, Sara Dobarro ha defendido, orgullosa de ello, la plasmación de los resultados del método en "analíticas, gráficas y curvas de medición".

Pregunta.- ¿Qué objetivo persigue el método mSD de neurocoaching? 
Respuesta.- El objetivo de la metodología Sara Dobarro del mSD es la reprogramación neuronal. Es decir, educar al cerebro para conseguir cambiar actitudes, hábitos, modos, gestos… para que haya una nueva conexión entre neuronas y se produzcan unos nuevos circuitos neuronales que nos eleven el bienestar y el ánimo en nuestro día a día.

P.- Entonces, ¿los gestos influyen en cómo nos sentimos? 
R.- Efectivamente, es así. Los gestos no dejan de ser unos movimientos físicos que responden a un movimiento interno químico. La física de nuestro organismo está interrelacionada con las sustancias químicas que se mueven en el interior. La emoción es un desencadenante de sustancias y reacciones químicas que ya hoy se puede decir que una emoción tiene estructura propia y peso molecular, que se puede mirar al microscopio la reacción que se desencadena y esto fluye a través de nuestro sistema circulatorio y tiene una influencia en nuestro físico dando lugar a unos gestos en el exterior.

P.- Su método, el mSD, es una metodología innovadora presentada en EEUU y defendida en el marco del Congreso de Innovación ICOT 2018, en Miami..
R.- Tenemos la suerte, hasta hace poco, trabajábamos en silencio y con mucha prudencia. Estábamos viendo los resultados en el 100% de los casos pero quisimos darle evidencia científica y para ello realizamos un estudio caso-control con médicos-científicos y tomamos una muestra de unos 60 ejecutivos y todos ellos sometidos, unos a los controles que no tenían mSD y otros estaban sometidos al mSD. En los últimos, en el 100% de los casos todos ellos redujeron su estrés como mínimo un 70%. 

P.- Estamos hablando de algo muy potente que, además, ha sido corroborado por el reconocido psiquiatra Rojas Marcos...
R.- Así es, y esta potencia tan elevada de esta metodología la quisimos mostrar a las autoridades competentes. Tuvimos una ponencia en el Hospital Monte Sinaí en Nueva York y allí los psiquiatras estaban encantados y nos hacían preguntas sobre como conseguíamos tan alta motivación y descender tan rápidamente los niveles de estrés en los sujetos a estudio. Evidentemente ellos no solo quedaron contentos con nuestras respuestas a sus cuestiones sino que quisieron contrastarlo con el gran psiquiatra ante Rojas Marcos. Rojas Marcos examinó el estudio que llevábamos con eficiencia científica y nos dijo que, evidentemente, estaba muy bien hecho, que funcionaba y que lo que teníamos que hacer era escribir el libro y publicar el método para que muchas personas se puedan beneficiar de él.

El método surge como fruto de conjugar la comunicación no verbal, la neurociencia y el coaching ejecutivo
El método surge como fruto de conjugar la comunicación no verbal, la neurociencia y el coaching ejecutivo

P.- ¿Cómo se consiguen en la práctica estos resultados?
R.- Esto se realiza con algo muy sencillo y obvio: grabar a la persona. El momento de la grabación es un momento de simulación de una situación de estrés. En el momento en el que a una persona le digo que voy a grabar el corazón se empieza a acelerar, el sonrojo, la sudoración o el temblor en las manos empiezan a aparecer. Con esa grabación del momento de estrés recojo gestos inconscientes e involuntarios que esa persona realiza cuando se somete a una situación estresante e incómoda en su día a día. Es decir, le muestro cómo reacciona su cuerpo en el exterior. El shock que se lleva la persona al verse es tal que no llega a reconocerse, es tal impresión que resulta suficiente para que sea un anclaje para decir quiero cambiar, no quiero verme así. A partir de ahí, viendo que cada gesto corresponde a unos correlatos neuronales y esos correlatos a unas emociones determinadas y sin desligar el complejo racional del emocional. En conclusión, la grabación nos da las pistas necesarias para establecer un plan personalizado.

P.- ¿Cuánto tardan en observarse los resultados?
R.- Los resultados son inmediatos y tienen lugar desde la primera sesión. Podríamos decir que una reprogramación neuronal en un individuo más menos sano que no tenga otra patología compleja tarda unos 21 días, el tiempo en el que algo se convierte en un hábito. 

P.- ¿Hay gestos para generar autoconfianza? 
R.- Claro. Son gestos que están estudiados y generan emociones positivas y neurotransmisores como puede ser la elevación de la testosterona en posturas como los brazos en jarra o el típico gesto de la victoria. También elevar las manos o sonreír generan serotonina, oxitocina o dopamina. Sin embargo esta última es viciosa, tiene un efecto de subida muy rápida pero después baja y el sistema de recompensa le pide más. Por lo que conocer los neurotransmisores, las neuro-hormonas, conocer nuestra química y hacernos dueños de todo ello produce una sensación de que las emociones no cabalgan solas, de que yo tomo las riendas de mi vida.

Sara Dobarro, en un momento de la entrevista
Sara Dobarro, en un momento de la entrevista

P.- ¿La voz guarda relación con el estado emocional? 
R.- Y mucho. El proceso de respiración pasa por toda nuestra musculatura y por las cuerdas vocales. Si yo estoy en tensión, reduzco mi espacio y encojo el diafragma evidentemente el aire no se exhala de la misma manera, por tanto hay menos aire y menos fuerza para producir timbre en la voz y menos capacidad de emitir tonalidades y la voz se vuelve bajita y débil. Por tanto por el tono de voz podemos saber si esa persona nos transmite confianza, nos está engañando, si es una voz que persuade, sugestiva o transmite credibilidad.

P.- ¿Todo esto lo podremos ver cuantificado en analíticas, gráficas y curvas de medición? 
R.- Ahora estamos trabajando toda la reprogramación neuronal midiendo estos neurotransmisores, porque hasta ahora hemos visto subjetivamente y en el caso control de los ejecutivos cómo manteníamos ese "éxito" y cómo beneficiaba a las personas. Pero ahora lo queremos ver en datos, en analíticas, en gráficas, en curvas de medición, en números… y eso es lo que queremos demostrar, el cómo suben, cómo bajan determinados transmisores cuantificados ya de una manera precisa.

P.- A día de hoy, ¿está trabajando en otros proyectos de investigación?
R.- Trabajamos con diferentes grupos médicos, uno de ellos muy bonito con el Neuropsiquiátrico del Carmen para ver aplicada la metodología con comunicación, porque es comunicación no verbal mezclada con otros tipos de comunicación empodera a personas con enfermedades psiquiátricas graves. También tenemos otro proyecto de investigación con el doctor del Hospital Viamed de Montecanal sobre Alzheimer.