Terminan las obras de estabilización del talud de la A-132 en Murillo de Gállego

Los trabajos en la A-132, a la altura de Murillo de Gállego, han permitido consolidar un talud en el que se producían fuertes desprendimientos. Este martes, el consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, ha recordado que decidieron acometer las obras tras las intensas lluvias de abril de 2018.

Zaragoza.- El consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro, ha visitado los trabajos de consolidación y estabilización de taludes de la carretera A-132 en el término municipal de Murillo de Gállego. La obra de emergencia ha supuesto una inversión de 920.000 euros y ha servido para consolidar una zona en la que se producían frecuentes desprendimientos de grandes dimensiones. Además, los trabajos han servido para ampliar un metro la calzada, mejorar las barreras de seguridad y el firme.

El consejero ha destacado que “con esta intervención mejoramos la seguridad vial en una carretera de acceso al Pirineo y que supone la vía alternativa a la N-330 que discurre por el puerto de Monrepós”. También ha matizado que “se trata de una obra que era necesaria desde hace décadas porque esta zona de montaña presenta inestabilidad y en este punto kilométrico se han producido desprendimientos de manera regular”.

José Luis Soro ha recordado que en abril de 2018 se produjo un colapso y desprendimiento en la N-330 que obligó al cierre de la misma, en la zona del puerto de Monrepós, durante varias semanas. La carretera A-132 absorbió prácticamente todo el tráfico al convertirse en la vía alternativa. Sin embargo, y como consecuencia de las intensas lluvias del mes de abril, el día 15 de ese mes se produjo un desprendimiento en el punto kilométrico 41,7, en el término municipal de Murillo de Gállego, que supuso el corte de la vía durante varias horas.

Soro ha explicado que en abril se actuó con rapidez y se pusieron en marcha medidas para garantizar el paso del tráfico y la seguridad vial de manera provisional. Tras superar esa situación “entendimos que era necesario acometer una obra de mayor envergadura para evitar nuevos desprendimientos y mejorar la estabilidad de los taludes de la zona”, ha señalado.

Los trabajos que se han llevado a cabo han incluido el desbroce y saneo del talud y la retirada de los cascotes sueltos y las piedras inestables. Tras estas labores se han construido unos muros de escollera de 30 y 20 metros y 4 metros de altura en la zona del talud y un muro de 40 metros de longitud y 6 metros de altura en el talud de la calzada hacia el río. Con esta escollera se ha logrado ampliar la anchura de calzada y se ha podido separar la calzada de la zona del talud, lo cual aportará mayor seguridad.

Además, se han realizado movimientos de tierra y excavaciones para mejorar la cimentación y se ha trabajado en las cunetas, se han creado obras de fábrica para la mejora del drenaje.