La Almunia recupera la memoria de su antigua judería con una nueva señalización

La judería de La Almunia ha recuperado su memoria gracias a una nueva señalización, que será inaugurada este domingo, convirtiéndose en atractivo turístico de la localidad. En ella llegaron a vivir hasta 200 personas, cuyo modo de vida podrá conocerse con la apuesta del Ayuntamiento por esta zona, una de las más importantes de Aragón.

Zaragoza.- La judería de La Almunia ha recuperado su memoria gracias a una nueva señalización, que será inaugurada este domingo en una jornada en la que los visitantes podrán viajar en el tiempo para descubrir más sobre esta zona de la localidad hasta ahora desconocida.

El Ayuntamiento de la localidad propone a sus vecinos y a los visitantes descubrir este pasado mediante la señalización de las calles que configuraron el barrio hebreo. Para ello, se han instalado una serie de paneles informativos con numerosos datos.

La judería de La Almunia se ubicaba en la parte nordeste de la villa, entre las calles del Rosario, Sayas y la Cava. Pertenecían a esta zona las calles de Barriocurto, Terrero, Adobares, Cantarranas y Barrioverde. Después de su expulsión se abrió la calle de la Aceña y el Terrero. Uno de los hechos relevantes de la investigación reciente ha sido la identificación de la trama de la calle principal de la judería, que desde hace tiempo se encuentra encerrada en una propiedad privada. Todavía es posible distinguir la traza urbana de dicha vía con los viejos muros que la delimitaron.

Recogiendo los trabajos de numerosos expertos, el historiador Julián Millán ha realizado la labor de síntesis que se ha plasmado en seis paneles que explican cómo fue la judería almuniense y cómo vivían las familias hebreas de la localidad. También se ha editado un folleto divulgativo y se colocarán diversas placas de cerámica que evidenciarán las calles que componían dicho barrio.

Viaje en el tiempo 

Todo ello podrá descubrirse este domingo, cuando se realice una visita guiada y teatralizada por el barrio. Saldrá de la plaza de España a las 11.30 horas y recorrerá las principales calles entre las explicaciones de Millán y la escenificación de algunos pasajes por parte de Zootropo Teatro. La iniciativa pretende dar a conocer el nuevo punto turístico de la localidad, que ha experimentado un auge de visitantes, tal y como ha destacado el diputado delegado de Turismo de la DPZ, Bizén Fuster.

El barrio judío lindaba con el muro de la villa y con carreras públicas por todas partes. Tenía dos carreras, con dos cantonadas, donde se hacían las citaciones públicas y una plaza que daba a las casas de Juce Francés y Salomón Abendada, a la sinagoga y a la cofradía. Rondaba los 200 habitantes en la segunda mitad del siglo XV, momento previo a la expulsión. Se conocen los nombres de 67 hombres, 19 mujeres y 14 jóvenes incluidos los menores de edad.

El callejero de la judería de La Almunia no diferiría estilísticamente del de sus convecinos cristianos, atendiendo a que dentro de la comunidad hebrea no había ni alarifes ni maestros de hacer casas. Una casa judía tan solo se distingue de una cristiana porque en la entrada estaba la mezuzah. Las casas privadas no eran muy espaciosas, con diferencias muy marcadas entre las pertenecientes a familias acomodadas y las de las más humildes.

La sinagoga se localizaba en la plaza de la Judería, en lo que hoy es el ensanche del callejón de la calle Sayas o Callejón de Cristo. En 1486 lindaba con un corral de la aljama y con el corral de la Machúa. En 1491 lo hacía con casas de Sento Çarfatí y su mujer Mira que a su vez lo hacían con casas de la cofradía de los judíos.

El cementerio hebreo estaría cerca de la acequia de Gríu, en la partida denominada Fosar de los Judíos, localizada en los alrededores de La Viñaza.

Disponían también de carnicería, compartida con los pobladores cristianos hasta comienzos del siglo XV. Contaban también con un hospital propio, que en 1491 lindaba con las casas de Sento Usillo y de su mujer Ester Cortés, y en 1492 con las casas de Aljohar Cohen, viuda de Jaco Carrillo.

Por lo que respecta a los oficios que desempeñaron y que conocemos, la comunidad contó con tres rabíes, tres médicos, un carnicero, un fustero, un pelaire, dos pellijeros, cinco tejedores, nueve sastres y un zapatero. 

El declive de todas las juderías aragonesas se produce en 1412. No se sabe el número cierto de los judíos que salieron de aquí tras la expulsión, aunque se tiene la constancia de al menos 35, entre hombres mujeres y niños.

Los inmuebles judíos documentados en los momentos previos a la expulsión son: 46 casas, seis corrales, una tañería, siete huertos, ocho campos, tres yermos, doce albares, de 28 a 36 majuelos y 52 viñas.