Zaragoza.- La primera crecida ordinaria del Ebro ya ha alcanzado las primeras localidades de la margen izquierda aragonesa. De hecho, se espera que la punta de la crecida llegue a Zaragoza esta madrugada, con un caudal de entre 1.500 a 1.800 metros cúbicos por segundo. Una acumulación que arrastra el Ebro después de atravesar Navarra.
El Ebro ha continuado su camino hasta pasar por Novillas, dejando un caudal de algo más de 1.900 metros cúbicos. El seguimiento hidrográfico de la Confederación (CHE) establece que el episodio máximo en esta localidad ha tenido lugar a primera hora de esta mañana, donde la altura del río sobrepasaba los 7,5 metros, y ha terminado anegando cerca de 1.000 hectáreas.
El alcalde de Novillas, José Ayesa, ha aclarado que la localidad es históricamente tendente a “regarse más” porque “tenemos una zona abierta en la que termina depositándose más agua”. A pesar de ello, Ayesa confiesa que esta crecida ordinaria ha resultado ser una “alegría”, porque hasta hace cuatro días “el río estaba muy vacío”. A pesar de todos los efectos negativos de las riadas, ha matizado, “el río es nuestra vida”.
Sin embargo, Ayesa cree que también existen contrapuntos: “Desearíamos que existiera un equilibro entre el río y nosotros”, pero ese equilibrio "siempre se decanta al río". Recuerda que es entonces cuando cobra importancia la labor humana de mantener el río limpio. Algo por lo que siguen luchando hoy por hoy, pues, en su opinión, “por mucha voluntad que se tenga desde la CHE, somos presos de las leyes medioambientales europeas”.
Esta es una reivindicación que comparte el alcalde de la también afectada localidad de Pradilla, Luis Eduardo Mancín, explicando que ese mantenimiento no es sino algo necesario para que “el agua circule de manera ágil y se eviten las acumulaciones”. En esta ocasión, el Ebro “no ha causado importantes daños”, dice. Y aunque unas 100 hectáreas han sido anegadas, “el resto de las zonas las tenemos contenidas con motas”.
Activado el protocolo de Protección Civil
Desde este pasado sábado se mantiene activado el protocolo de Protección Civil. Por este motivo, todos los servicios municipales están en disposición de actuar ante cualquier emergencia. Tanto Bomberos, como Policía y Protección Civil permanecen atentos a la evolución del río, pendientes en los puntos sensibles, cerrando el acceso a lugares de la ribera que se puedan inundar.
