Opinión

Valle del Mezquín, Valle de Sicilio

Valga la contradicción al ser un mineral en Teruel inexistente. Ese telúrico lugar que tantos nombres ha dado a la geología mundial: aragonita, teruelita, dolomitas de Dubrovnik-Ojos Negros, azabaches de Asturies-Ojo de Cella.

No nos referimos a esa nunca suficientemente ponderada riqueza de las entrañas de nuestro antiguo paisaje conla que podemos afilar y llenar de reflejos el alma, curándonos la vista cansada y las cataratas, cada domingo en los soportales de la plaza San Francisco de Zaragoza.

Es de una iniciativa modelo Barrabés de la que estamos hablando. Precisamente en un cuarto espacio un aguerrido grupo de empresarios del valle del Mezquín, especialmente de Castelserás, venden producción agropecuaria, navajas y aceros marca Hispania o cualquier producto de su comarca,  utilizando nuevas tecnologías y redes sociales porque ellos pueden y quieren.

Ha recibido atención incluso del ABC y más prensa nacional. Es el Silicon Valley aragonés, pegado a la Toscana aragonesa de la que el valle del Mezquín conforma uno de sus paisajes más hermosos y particulares.

También se trata de aprovechar eso mismo: la cercanía de un mercado y población tan inquieta como Alcañiz, a los peculiares moradores y visitantes de Belmonte de San José y barranco del Mezquín, a los artesanos, artistas y centroeuropeos radicados en Matarraña que producen vino, rehabilitan masías para hoteles con encanto, insuflan de vida cultural Calaceite.

En ese caldo de cultivo surgen iniciativas que incluso a determinados agricultores les liberan del bochorno de la dependencia de la PAC.

Precisamente tener tiempo para manejar las redes sociales, nuevas tecnologías, blogs de calidad… será un privilegio solamente al alcance de habitantes con iniciativa del medio rural. Como puede advertirse, ya están conciliándolo con suficiencia.

En Torrecilla de Alcañiz se ha constituido un centro rural de coworking. Puestos a atraer nuevos pobladores, ¿dónde irán los mismos provenientes de Madrid o Barcelona? Donde los ayuntamientos sean competitivos por imaginativos en la generación de estas discutidas pero necesarias competencias impropias.

Bajo Aragón, nube de acogida.