Zaragoza cuenta desde este viernes con un protocolo de actuación ante episodios de alta contaminación

La ciudad de Zaragoza cuenta desde este viernes con un protocolo de actuación ante episodios de alta contaminación por dióxido de nitrógeno que establece, en función de la gravedad, medidas informativas, de promoción del transporte público o de restricción de tráfico rodado al Casco Histórico de la ciudad.

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, ha apuntado que el objetivo de este protocolo es el de establecer los niveles de actuación ante posibles episodios de contaminación atmosférica por dióxido de nitrógeno, así como las medidas a adoptar en cada situación.

En declaraciones a los medios de comunicación, Santisteve ha aclarado que en Zaragoza “el nivel de alerta establecido en la legislación para este contaminante no se ha visto superado en ninguna de las estaciones de la red de control”. 

El protocolo recoge distintas actuaciones. Habrá un sistema de alertas de salud ambiental con recomendaciones que se dirigirán a toda la población y se deberán establecer medidas de minimización de la exposición de la población a esta contaminación atmosférica.

También habrá información sobre medidas informativas de restricción del tráfico y promoción del transporte público, medidas de refuerzo del transporte público.

En el nivel más la alto, las medidas serían de restricción del tráfico, que se tomarían al activarse el protocolo. Estas se llevarían a cabo en la Zona Cero, delimitada por las siguientes calles: paseo de Echegaray y Caballero, Paseo María Agustín, Paseo Pamplona, Paseo de la Constitución, Paseo La Mina, Calle Asalto y Calle Alonso V.

El Gobierno de Zaragoza ha aprobado este protocolo que está incluido dentro de uno de los documentos de planificación estratégica que serán clave para el futuro de la ciudad: la Estrategia de Calidad del Aire y Cambio Climático de Zaragoza (ECAZ 3.0).

Santisteve ha destacado que los objetivos de la ECAZ son la lucha y la adaptación frente al cambio climático, la mejora de la calidad del aire y la salud y la eficiencia y reducción en el uso de los recursos. 

Su misión, ha añadido, es reducir las emisiones de CO2 en un 40%, reducir los residuos domésticos que llegan a vertedero en un 50% y reducir la concentración de NO2 en un 60%, todo ello respecto a los niveles de 2005.