Las obras en la ribera convertirán al río “en un Ebro vivible y visible”

La concejal delegada de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Lola Campos, ha declarado esta este lunes que los cambios y obras de la ribera se están llevando a cabo con cuidado y teniendo muy en cuenta el medio. Además, ha apelado al entendimiento entre ecologistas y ciudadanos para conseguir que el Ebro sea un espacio de ocio social.

Zaragoza.- Las obras en la ribera del Ebro y el dragado del río continúan centrando la atención de los ciudadanos. La concejala delegada de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Lola Campos, se ha mostrado satisfecha en este sentido al afirmar “que el ambiente está más templado” y al apelar por el entendimiento entre ciudadanos y ecologistas. Por otra parte, ha declarado que las obras servirán para convertir al río “en un Ebro vivible y visible”.

A pesar de que la concejala ha negado que éste fuera un tema de su competencia, Campos ha abogado por aunar los intereses de las distintas partes de la sociedad “con la idea de alcanzar los máximos acuerdos”. “Hay posiciones con las que no se puede negociar y con las que no se llega a un punto de encuentro”, ha señalado Lola Campos, “pero por lo menos se ha alcanzado un clima de mayor templanza”.

La eliminación de colleras o la tala de árboles se han realizado teniendo siempre en cuenta la recuperación del Ebro y con el objetivo de “hacer de la ribera un lugar más accesible”. En este sentido, Campos considera vital que los ciudadanos y visitantes disfruten de un Ebro “social” y de un espacio urbano. “El Ayuntamiento intenta juntar los distintos intereses, los de los vecinos, los de los ecologistas”, ha añadido la concejala.

En cuanto al coste que supondrá hacer del Ebro un río navegable, Campos ha negado conocer la cifra exacta ya que “el Consistorio está centrado en otras tareas más inmediatas” y son proyectos “en los que se ha colaborado con la CHE”.

Campos ha estado acompañada por el presidente de la Agenda 21 Local de Medio Ambiente, Javier Celma, quien ha asegurado que las riberas actuales no son naturales. Según Celma, en 1961 para evitar las inundaciones el gobernador civil decretó “que se tiraran todos los escombros en esa zona”. De esta forma, la base “no es natural sino un conjunto que con el tiempo se ha naturalizado”.

Como él mismo ha podido comprobar, el terreno se encuentra lleno de vigas y cables por lo que para limpiarlo es necesario extraer todo eso “incluyendo los árboles cuyas raíces se han quedado enganchadas en los residuos”. Celma ha señalado que en definitiva lo que se conseguirá “es volver a la ribera natural”.