Un "punto" de encuentro familiar

En una separación, el hijo es el que más sufre las consecuencias, sobre todo si en el proceso se ha dado algún episodio de violencia doméstica. Ante esta situación de interrupción de la convivencia, el Punto de Encuentro Familiar intenta que el niño no pierda la relación con sus familiares.

Huesca.- Un piso de la calle Cavia de Huesca se ha convertido en el punto de encuentro de alrededor de 68 familias de la provincia. Parece un piso normal, pero todas las habitaciones están adornadas con motivos infantiles y los armarios, en vez de guardar ropa y mantas, están repletos de juguetes. El sueño de todo niño. Pero los que vienen a este piso, no han elegido jugar con esos juguetes. Son las víctimas del proceso de separación de sus padres. Un proceso originado por la falta de un acuerdo o en el que ha habido violencia de género.

¿Cómo se puede convertir este proceso traumático en algo llevadero para un niño? Las 14 personas que trabajan los 365 días del año en el punto de encuentro de Huesca están pendientes de los cerca de 70 expedientes abiertos. Estos 14 psicólogos y técnicos prefieren hablar de 68 niños con nombres y apellidos e intentan en todo momento evitar situaciones violentas entre los dos progenitores. Por eso, el no-custodio “que en el 95% de los casos es el padre”, matiza el presidente de la Asociación, Antonio Peñalver, viene diez minutos antes de que llegue el otro progenitor con el hijo. “El no custodio va a una habitación. Normalmente a las cuatro o cinco en punto llega la madre con el menor; entonces un técnico acompaña al niño a la sala donde está el padre. La madre se marcha y al cabo de diez minutos, el no custodio puede salir a la calle. Esos diez minutos es un tiempo prudencial para que no coincidan y la madre tenga tiempo de irse lejos”, explica Peñalver.

Pero, antes de nada, el niño tiene que familiarizarse con el personal y las instalaciones del Punto de Encuentro. Para ello se concreta una entrevista previa por separado con los progenitores, en la que normalmente el custodio casi siempre viene con el niño para que vaya conociendo el centro y los trabajadores. Y en la entrevista se concreta el programa de las visitas, dependiendo de la resolución del juzgado.

El síndrome de alienación parental

Al Punto de Encuentro, “los críos, la verdad, vienen muy contentos”, manifiesta la vicepresidenta de la asociación, Ángeles Val, pero añade que “lo que más nos llama la atención es cuando los menores sufren de alienación parental. Es decir, cuando un progenitor programa al menor en contra de la otra parte. Después de que sus progenitores se han separado y el menor hace quince o veinte días que no ve al padre o la madre, el primer día que llega al centro se ven las reacciones del menor, si ha sido influenciado. Nos duele cuando están manipulados, para mí es como un maltrato. He visto a los críos patalear, llorar y luego cuando pasan a la salita donde está el no custodio, se abrazan a él. U otro crío que suelta barbaridades y se muestran esquivos”.

Este piso cuenta con diversas instalaciones para hacer agradable el encuentro

La aparición de los dos juzgados de violencia en Zaragoza y la modificación de la ley del divorcio han provocado que estos lugares de encuentro hayan visto cómo aumentaba de manera exponencial el número de familias que utilizan sus servicios. Más bien, la asociación trabaja directamente con los juzgados, ya que “el 95% los deriva el juzgado y el cinco por ciento restante vienen de servicios sociales, de menores que están en acogida o por mutuo acuerdo entre los letrados o antes de que se enquisten la situación hasta que lo solicite el juzgado. El juzgado lo deriva al Punto de Encuentro Familiar con una resolución en el que se especifica el tiempo, la forma y el modo”, matiza Ángeles.

Modalidad única en Aragón

En Aragón, se está realizando una modalidad única en toda España: una transición entre visita tutelada y la modalidad de entrega y recogida. Este tipo de visita, se propone al juzgado una vez que el menor ya tiene los lazos afectivos restablecidos, entonces se “propone hacer una parte de la visita fuera del centro. Si la visita es de cuatro hora, hacemos dos fuera. Una visita tutelada en el centro no es real” revela la vicepresidenta.

Cuando más fiestas hay, más trabajo se genera por el reparto de las vacaciones. Durante el fin de semana, el piso de la calle Cavia tiene abierta interrumpidamente sus puertas desde las nueve y media de la mañana a nueve y media de la noche. Toda esta labor es posible gracias a la financiación de la Consejería de Servicios Sociales y Familia en colaboración con el Ayuntamiento de Huesca y la Diputación Provincial de huesca.

Orígenes

En el año 2000, la Asociación Aragonesa de Punto de Encuentro Familiar, comenzó a trabajar en la estructura de lo que es ahora el Punto de Encuentro Familiar. Dos años más tarde vieron como se abrían las puertas de su primer piso en Zaragoza. Y con el objetivo de “llevar el servicio adonde están las necesidades”, expresa Ángeles, instalaron en Huesca otro apartamento. Ahora la provincia cuenta con dos puntos de encuentro familiar. El otro está situado en Jaca. A principios de año, la Asociación espera abrir otro piso en Monzón.