Las Pajaritas de Acín, huérfanas desde hace 72 años

Ramón Acín describía la turbulenta situación que se vivía en la década de 1930 en España asegurando que “la muerte de la inteligencia facilita la esclavitud”. Este miércoles se han cumplido 72 años desde que el artista y dirigente de la CNT oscense fuera fusilado en Huesca el 6 de agosto de 1936, pocos días después del alzamiento del bando nacional.

Zaragoza.- “Para saber, has de leer”. Ramón Acín, artista, columnista y profesor oscense, estableció esta idea típica del refranero español como su máxima en la vida. Acín, que dedicó parte de su vida a enseñar en escuelas de Arte de España, fue uno de los máximos dirigentes de la CNT en Huesca con la que defendió la educación y la igualdad de los trabajadores. Para él, “la sociedad será más libre con más cultura y con más medios de supervivencia que humanicen el día a día de la clase trabajadora”.

Este miércoles se han cumplido 72 años desde su fusilamiento el 6 de agosto de 1936, pocos días después del levantamiento del bando nacional y proclamación de la Guerra Civil. Tras la insurrección, Acín se escondió en su casa, lugar al que fueron a buscarle parte de los alzados. Fue asesinado en el patio trasero de la comisaría oscense del Coso Alto, en la antigua sede del Gobierno Civil, con un centenar de oscenses más. Sólo 17 días más tarde, su mujer, Concha Monrás, corrió la misma suerte.

Su actividad sindical, sus polémicos artículos en la prensa republicana de la época y su participación en la sombra en golpes como el levantamiento de Jaca fueron algunos de los motivos que le hicieron famoso. Su opinión recorrió varias publicaciones, como Don Pepito o Solidaridad Obrera, en las que denunció la guerra de Marruecos y la Semana Trágica de Barcelona. Este mismo tema sirvió para inaugurar la revista “La Ira- Órgano de expresión del asco y de la cólera del pueblo”, que él creo en 1913, con el artículo “Id vosotros”.

Ramón Acín se declaró anarquista “blanco”, no violento y ateo. Su nieta Concha García-Bragado cree que fue asesinado “porque era una persona honrada y buena, muy humana y querida por todos y eso había a quién no le gustaba”. De hecho, tal y cómo asegura la fundación que lleva su nombre y la de su hija Katia, varios oscenses, tras proclamarse la República, fueron a aplaudir bajo el balcón de la casa del dirigente anarquista, varias veces arrestado, a pesar de que Acín se encontraba exiliado junto a Luis Buñel en París.

Obras vanguardistas

Escena de la colección "Guerra a la guerra" de Ramón Acín

Una de las facetas más conocida de Ramón Acín está plasmada en las “Pajaritas” de Huesca. Su escultura, que imita a las pajaritas de papel, forma parte de uno de los símbolos emblemáticos de la ciudad de Huesca. No obstante, Acín no sólo se dedicó a la escultura sino que quiso probar todas las ramas artísticas, siempre bajo las corrientes vanguardistas.

En la pintura, destacan sus obras taurinas y la colección “Guerra a la Guerra”. Así mismo, también publicó varias tiras cómicas en publicaciones de la época y fue el encargado de la sección “Notas humorísticas” del Diario de Huesca. Sus diseños ganaron numerosos premios, de los que vivía a la vez que impartía clases de dibujo.

Por otro lado, Acín también se sintió atraído por las Artes Escénicas. Escribió la obra de teatro ¡¡Como San Bartolomé!! y produjo la película de Luis Buñel “Tierra sin pan” con el dinero que obtuvo tras ganar el “gordo” de la Lotería de Navidad.

Fundación Ramón y Katia Acín

Para recordarle, sus nietos han formado una fundación en honor al artista y político y a su hija Katia con la colaboración del Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial de Huesca y el Ayuntamiento de la ciudad.

Federico García Bragado, hijo de Katia y nieto de Ramón Acín, ha asegurado que “es muy conocido en Huesca y en España” por el legado que dejó, “tanto artístico como ideológico”. Sin embargo, “nosotros hemos creado esta fundación para que su figura no se olvide y siga siendo uno de los personajes clave de Huesca”, ha concluido.