El 33% de las mujeres rechaza promociones laborales a comités directivos por la dificultad de tener vida después del trabajo

La Asociación de Mujeres Profesionales y Directivas de Aragón ha organizado una charla sobre la conciliación laboral y familiar en la carrera directiva. La profesora del IESE Business School, Nuria Chinchilla, ha desgranado las ventajas, tanto para empresas como para trabajadores, de la flexibilidad laboral, que trae beneficios a ambos.

Zaragoza.- La dificultad para conciliar vida familiar y profesional se interpone, en algunos casos, en la carrera laboral de las mujeres. De hecho, el 33% de ellas rechazan promociones a comités directivos por la incapacidad de disfrutar de una vida después del trabajo. Así lo ha explicado este lunes en Zaragoza la profesora del IESE Business School, asesora de alta dirección, autora de libros y artículos sobre gestión de empresa y miembro del TopTen Managemen Spain, Nuria Chinchilla. Durante su charla coloquio, organizada por la Asociación de Mujeres Profesionales y Directivas de Aragón, ha aportado datos y posibles soluciones para la conciliación en la carrera directiva. “Lo mejora todo”, ha asegurado.

El problema, de inicio, se encuentra dentro del propio hogar, con la falta de apoyo del marido. “La sensación de doble jornada de la mujer se da en el 67% de los casos. El 31% tiene la sensación de que saca sola la familia adelante; el 30% opina que sus compañeros o jefes no la comprenden y la dejan de lado cuando tiene problemas personales, y el 22% ve al marido como una carga o un lastre”, ha apuntado.

“Cuando la mujer se pone a trabajar dentro y fuera de casa, el marido espera que dentro esté todo hecho”, ha indicado Chinchilla. Así, cuando a una mujer se le pregunta en qué medida se siente apoyada en su doble responsabilidad (personal y familiar), el apoyo emocional lo encuentran en un 74% en el marido, “pero el doméstico lo percibe, en un 87%, en la empleada del hogar”, ha señalado esta profesional.

Así las cosas, y ante los obstáculos que se plantean para el ascenso laboral (el 43% de las mujeres no quiere promocionar por que no ha visto referentes; el 32% porque los estilos directivos son muy rígidos y el 13% porque tendrá reuniones a última hora), la mujer se pregunta “para qué voy a subir un escalón más si esos señores o señoras no tienen vida después del trabajo”. Ese rechazo viene motivado por una cultura de largas jornadas laborales, ausencia de flexibilidad laboral o estrés. “En una empresa cortoplacista mecanicista no te sale a cuenta subir más porque te quedas sin vida. Es demasiado caro lo que me cuesta que lo que me van a dar de más en dinero”, ha explicado Nuria Chinchilla.

Diferentes percepciones

La percepción, además, cambia si es un hombre o una mujer quien realiza la misma tarea, tal y como ha resumido la profesora del IESE: “Cuando una persona quiere progresar profesionalmente, si es un hombre es afán de superación, si es una mujer, es una trepa. Si un hombre levanta la voz en una reunión tiene un carácter fuerte, si lo hace una mujer, es una histérica. Si un hombre tiene una foto de su familia en la mesa de trabajo, está centrado y es familiar; si la tiene una mujer, es una maruja. Si falta un día al trabajo, el hombre está enfermo, la mujer se está escaqueando. Si un hombre toma café en la máquina, fomenta las relaciones personales; una mujer lo hace por cotilleo. Y si asciende, un hombre lo hace por reconocimiento a su capacidad; una mujer, por flirtear con el jefe”.

La Asociación de Mujeres Profesionales y Directivas de Aragón ha organizado este encuentro

Decisión de la trayectoria profesional

Para el 28% de las mujeres, el criterio más relevante en la decisión de la trayectoria profesional es el equilibrio entre vida personal y laboral. Para el 24% es la promoción profesional; el 22% tiene en cuenta el reto del nuevo trabajo, el 18% el aumento de ingresos y un 7% se guía por la opinión del cónyuge.

Según ha explicado Nuria Chinchilla, la edad de los empleados aumentará un 13% en España y habrá menos profesionales jóvenes para seleccionar (un 22% menos). “Las soluciones pasan por fomentar más el equilibrio entre vida laboral, familiar y personal; atraer mano de obra más diversa; hacer uso flexible del talento disponible; invertir más en formación y desarrollo, y mejorar las relaciones de las empresas con las universidades”. La solución está, por tanto, en la propia empresa. “Cada vez estamos sacando más la venda a los directivos. No son conscientes de que están haciendo daño por puro criterio empresarial; hacia fuera porque no ayudan nada a que las familias crezcan y sean estables, y hacia dentro porque se quedan con adictos al trabajo, y eso nunca será bueno para una empresa sostenible”, ha resaltado.

La conciliación debe pasar por un plan integral. “Existe el modelo EFR –modelo de empresa flexible y responsable-; muchas empresas carecen de él, algunas lo tienen pero no lo aplican, en otras ya existen algunas prácticas y en las menos su cultura ya es FR”, ha aseverado la profesora.

Para esta experta, la no conciliación acarrea consecuencias negativas como absentismo, rotación no deseada, “la gente se marcha porque no le dan flexibilidad”; bajas por estrés y resultados negativos y poco productivos para la empresa. Por el contrario, la conciliación es una inversión positiva. “Se mejora la salud; mejora la motivación y la involucración; aumenta el rendimiento, se retiene más talento, se ahorra tiempo de las gestiones personales hechas en horario laboral, y aumenta la iniciativa y la implicación”. En definitiva, “mejora todo”.

La persona

El autoconocimiento resulta, también, primordial. “Para una trayectoria vital sana, equilibrada y sostenible, debemos saber quiénes somos para sabe a dónde vamos”, ha destacado Nuria Chinchilla. “La vida nos exige correr mucho y a corto plazo, pero si no tenemos una visión a largo plazo meteremos muchas patas y a lo mejor nos rompemos por el camino. Cómo voy a liderar a otros con flexibilidad si yo mismo no me lidero como persona completa. Hace falta otorgar sentido para toda tu vida y a largo plazo para ser dueño de tu destino, de tu vida, y ser feliz. Porque, sino, somos marionetas del entorno”, ha concluido.