Dolores Serrat: "El paciente es cada vez más exigente ante los avances médicos"

Dolores Serrat Moré es decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza desde 1997. Especialista en Psiquiatría y en Medicina Forense, doctora en Medicina y licenciada en Derecho, Dolores Serrat pronunciará la conferencia de clausura del XVI Congreso Aragonés de Medicina Rural y Atención Primaria que se celebrará en Zaragoza los días 8 y 9 de noviembre. Su ponencia versará sobre “Salud y Sociedad, retos del siglo XXI”.
PREGUNTA.- ¿Qué opinión le merece la Sanidad en Aragón desde su posición de investigadora y docente?
RESPUESTA.- La pregunta no es fácil. Yo creo que España, y por lo tanto Aragón, tienen una buena Sanidad en general. Se va a cumplir ahora un año desde que esta Comunidad Autónoma recibió las transferencias sanitarias y, poco a poco, se han dado pequeños pasos para ir salvando las peculiaridades que tiene Aragón. Las desigualdades geográficas de su territorio constituyen una de las características más destacadas. Desde mi perspectiva, en la Facultad de Medicina, hay magníficos profesionales y magníficos docentes. Como es típico en Aragón, no siempre valoramos lo que tenemos y, sin duda, yo creo que tenemos una facultad y unos recursos personales y técnicos de los mejores de España. No hay que olvidar que esta facultad es una de las más antiguas del país, con 450 años de historia a sus espaldas.

P.- ¿Estaba preparada la Comunidad Autónoma de Aragón para asumir las transferencias?
R.- Yo vivo la medicina desde una posición especial, claro; soy médico forense; sin embargo, como ciudadana, y por mi contacto con muchos médicos, considero que las transferencias no han supuesto ninguna merma para el usuario, sino al contrario. Por otra parte, los sindicatos han hecho un gran trabajo para mejorar las condiciones laborales de los profesionales. No obstante, se trata de un proceso aún en fase de consolidación. La ventaja es que ahora los gestores están más cerca y, por este motivo, conocen mejor nuestras peculiaridades. Se trata de un cambio de interlocutores, de gestión, y el hecho de que sean más próximos entraña un beneficio. Con todo, la facultad todavía no percibe novedades sustanciales.

P.- ¿De qué modo se integra la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza en la sociedad zaragozana y aragonesa?
R.- Siempre ha estado muy integrada. Al margen de los conciertos suscritos anteriormente con el INSALUD, ya que todavía no tenemos establecidos los que serán tras las transferencias –me consta que se está trabajando para ello-, la Facultad mantiene convenios con el Clínico Universitario, con el Miguel Servet, con el Obispo Polanco de Teruel y con el San Jorge de Huesca, además de otros convenios concretos con los hospitales de Alcañiz o de Barbastro. Esto es muy importante, porque ofrece a nuestros estudiantes la oportunidad de hacer prácticas, al margen de la enseñanza reglada. Las prácticas reconocidas son muy importantes. No se puede olvidar que los profesores son profesionales en centros de salud, por lo que a veces las funciones se confunden de forma.

“EL PACIENTE, ANTE LOS AVANCES MÉDICOS, ES CADA VEZ MÁS EXIGENTE”

P.- “Salud y Sociedad, retos del siglo XXI” es el título de la conferencia con la que clausurará el XVI Congreso de Medicina Rural y Atención Primaria organizado por la Federación Aragonesa de Sindicatos y Asociaciones de Médicos Titulares y de Atención Primaria (FASAMET). ¿Cuáles son esos retos?

Dolores Serrat, decana de la Facultad de Medicina de Zaragoza

R.- En mi opinión, la medicina de este siglo va a girar en torno a dos ejes fundamentales. El primero de ellos lo constituyen, claramente, los avances científicos, no sólo en lo médico, sino en los medios de comunicación, las telecomunicaciones… Los conocimientos llegan mucho más rápido a los profesionales, son nuevas formas de ejercicio, como la telemedicina, gracias a la cual puedes ver, por ejemplo, una radiografía hecha en cualquier parte del mundo. Esto tiene grandes ventajas, pero también el paciente es más exigente, porque conoce esos avances y se le crean unas esperanzas mayores. Además, es conocedor de sus derechos.

P.- ¿Y el segundo eje?
R.- Va muy ligado al primero. Tenemos una sociedad cada vez más exigente y cada vez se conforma menos con el infortunio; esto ha supuesto una gran presión para los médicos porque hacen falta “culpables”. La sociedad ha cambiado en su demografía: hay una población cada vez más envejecida que hace que las necesidades cambien. La inmigración trae nuevas patologías, nuevas idiosincrasias de pacientes.

LAS ENFERMEDADES DEL SIGLO XXI NO SERÁN LAS TRANSMITIBLES, SINO LAS DERIVADAS DE LA NUEVA SOCIEDAD

P.- ¿Los estudiantes ya se preparan para esta nueva situación?
R.- Se va introduciendo a través de los nuevos planes, pero de una forma lenta. La bioética, la legislación sanitaria… van llegando poco a poco. Las enfermedades del siglo XXI no serán las transmisibles, sino las derivadas de la nueva sociedad, como las enfermedades cardiovasculares, las derivadas de accidentes, violencia... Hay nuevas enfermedades, puede pensarse en fenómenos nuevos, por ejemplo el `mobing´ o acoso laboral, la violencia doméstica y otras. No es que antes no existieran, sino que el paciente no era consciente de sus derechos. Se trata de un acercamiento de lo social y lo sanitario, lo que se viene llamando el área “sociosanitaria”.

P.-¿Cómo ha influido la inmigración en la Sanidad?
R.- En primer lugar, ha implicado un cambio demográfico. No obstante, los inmigrantes legales tienen los mismos derechos que cualquier ciudadano. El problema estriba en la inmigración ilegal. Los inmigrantes, en general, plantean nuevos problemas, como por ejemplo los derivados del idioma. La comunicación en medicina es fundamental, y un paciente no sabe cómo explicar lo que le sucede, porque no sabe hablar en la lengua del médico. La inmigración ha traído natalidad y cifras demográficas insospechadas.

P.- ¿Puede hablarse de que esa nueva medicina es una mezcla de lo médico y lo social?
R.- Por supuesto. Estamos constantemente mezclando las dos áreas, que cada vez se acercan más. La calidad de vida repercute en la sanidad, evidentemente. A veces a los pacientes les cuesta entender que la sanidad es un sistema de recursos limitados frente a demandas ilimitadas. La pregunta es si el fin siempre justifica los medios, ése es el punto de reflexión. Un médico rural ahora tiene muchos más medios, por ejemplo, gracias a los desarrollos de la nueva medicina.