Navidades a kilómetros de distancia

Las estaciones de tren y autobús y los aeropuertos son estos días un ir y venir de gente que regresa a sus hogares para disfrutar de la Navidad en familia. A pesar de que son los más, también hay otros que se ven obligados a quedarse en los países en los que se residen por cuestiones de dinero, trabajo y también por solidaridad.

Zaragoza.- Muchos no contemplan pasar esta época fuera de sus hogares, pero a otros no les queda otra elección. Es el caso de Lurdes Muñoz, zaragozana de 24 años. Reside en Bournemouth (Inglaterra) desde hace tres meses donde estudia y trabaja. Y esto, unido a los altos precios de los vuelos, le ha obligado a trasladar sus vacaciones de Navidad al mes de enero.

"Los billetes son muy caros y si intentas trabajar y estudiar a la vez los días no coinciden. Merece más la pena estar diez días en enero que no cuatro ahora y pasar dos viajando", argumenta. Para ella, estas navidades son diferentes, pero no está sola porque ha celebrado la Nochebuena con sus compañeros de la residencia de estudiantes en la que vive.

A pesar de haber vivido seis años en Estocolmo, Claudia Muñiz, de 27 años, siempre ha regresado a casa por Navidad. Esta vez es diferente porque desde octubre vive en Tokio trabajando de ingeniera y "no podíamos tener vacaciones tan pronto" para volver a España.

Ha celebrado estas fiestas con su marido y compañeros de trabajo de distintas nacionales. Todos han compartido mesa y mantel en Nochebuena donde han degustado los platos típicos de sus países que han preparado. Y aunque en compañía, Claudia echa de menos Zaragoza. "Muchos amigos viven fuera de España y las navidades siempre han sido para reencontrarnos. Ahora pienso que podría estar en el belén con mis primos, comprando regalos con mi madre, tomando un café con mis amigos...", lamenta. También la Nochevieja será diferente para ella porque la pasará en Australia con su marido.

No son las primeras navidades en la que Pedro Bermejo, de 44 años, no va a su localidad natal, Zaragoza. Lleva 16 años en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), donde vive con su familia y dirige un hogar de niños abandonados. Para este zaragozano, la solidaridad es su "forma de vida". Su Nochebuena no ha transcurrido ni entre frío ni nieve porque están a 36ºC y, lejos de los clásicos langostinos o el ternasco, su menú ha consistido en un chancho (cerdo) al horno con ensalada y arroz, un plato típico navideño. Después Papa Noel ha repartido los regalos y han terminado la noche tirando petardos y cohetes, como reza la tradición.