Se acabó Gran Scala. Aprendamos de los errores

Tras cumplirse el plazo de la última opción de compra sobre los terrenos sobre los que se iba a ubicar Gran Scala, hoy, a pesar de los intentos de ILD por alargar la agonía, ya podemos decir que el proyecto está acabado. Desde Ecodes, creemos que es momento de echar la vista atrás para sacar conclusiones que nos permitan aprender de los errores para evitarlos en el futuro y que algo así no vuelva a suceder.

Tras cumplirse el plazo de la última opción de compra sobre los terrenos sobre los que se iba a ubicar Gran Scala, hoy, a pesar de los intentos de ILD por alargar la agonía, ya podemos decir que el proyecto está acabado. Desde Ecodes, creemos que es momento de echar la vista atrás para sacar conclusiones que nos permitan aprender de los errores para evitarlos en el futuro y que algo así no vuelva a suceder.

Muchas son las conclusiones que se podrían sacar de este asunto. En Ecodes hemos pedido a diez personas, de distintos ámbitos sociales, políticos y empresariales, que nos señalaran lo que consideran que es el aprendizaje fundamental, para contribuir al debate social que debe generarse al respecto y que nos tiene que permitir aprender de los errores para evitar repetirlos.

Por nuestra parte, queremos centrar la atención en lo que este asunto nos puede enseñar desde el punto de vista de las políticas públicas. El “affaire Gran Scala” es un buen ejemplo de lo que puede pasar cuando no se tiene un proyecto coherente para un territorio y se está dispuesto a apoyar cualquier propuesta que genere una percepción (real o no) de creación de puestos de trabajo.

Aragón tiene que tener una estrategia económica clara basada en nuestras fortalezas diferenciales. Lo que no es de recibo es intentar agarrarse a "trenes” que interesan mucho a otros pero que no encajan con ningún modelo endógeno de desarrollo, se llamen Rubiatron o Gran Scala. Como decían los clásicos: “No hay viento favorable para el que no sabe dónde va”. La crisis actual muestra con claridad que cuando uno camina, o corre, en una dirección equivocada, antes pronto que tarde acaba pagando las consecuencias. Una buena parte del dolor actual tiene que ver con la locura de caminar en una dirección equivocada: La economía de la especulación inmobiliaria. No da igual en qué y cómo se generan empleos. Ahora estamos viendo que junto a la economía real convive una economía tóxica que tiene muy graves contraindicaciones.

Cuando no existe un análisis sobre las repercusiones económicas y sociales de los proyectos, cuando no se plantea el más mínimo estudio serio de viabilidad y cuando uno no se asegura con quién se alía, entonces, todo vale y todo puede pasar.

Gran Scala también es un buen ejemplo de un proceder totalmente erróneo. Se concede todo tipo de facilidades, algunas obscenas, como la de legislar a la carta, a “inversores  golondrina” de muy dudosa reputación, que llegan desde lejos al calor de las ayudas públicas y se regatean los apoyos a iniciativas empresariales locales de probada solvencia profesional y humana. No es justo, no es inteligente.

Aprendamos, por tanto, de los errores, de las quimeras, del “todo vale” sin mayor análisis y de los fuegos de artificio. En los momentos que vivimos, es hora de apostar por la economía real al servicio de las personas y huir de esa expresión tan acertada de la “economía de casino” que nos ha metido en la crisis que ahora sufrimos.
 
A continuación, las “lecciones aprendidas” por parte de otras personas significativas de la sociedad aragonesa.

Jose Luis Marqués. Consejero de Ecodes.

Una iniciativa que solamente tiene apoyo en el plano político, pero que no tiene un respaldo ciudadano de amplios sectores de la sociedad, tiene muy pocas posibilidades de tener éxito. No hay soluciones fáciles y milagrosas. Esto ha sido una especie de sublimación de la cultura del pelotazo, que ha fracasado por la situación de crisis global. Esperemos que la experiencia nos proteja de otras “soluciones mágicas”.
 
No deberían plantearse iniciativas que trabajen en direcciones opuestas a la evolución natural de los territorios y los pueblos. Si el esfuerzo baldío de estos últimos años lo hubiésemos dedicado de forma concentrada entre todas las fuerzas políticas a desarrollar instalaciones energéticas en la zona de Monegros (una central termosolar, por ejemplo), hoy sería una realidad irreversible.
 
Julián Buey. Secretario general de CCOO Aragón.

La actitud de los promotores y la euforia que la idea causó en algunos sectores llevó a hablar de cifras y proyectos que el tiempo se ha encargado de ubicar en lo meramente fantasioso. O lo que es peor, en proyectos con  fondo y última intencionalidad meramente especulativos. Podemos comprobar a lo que nos ha llevado el "tsunami" especulativo, que ha arrasado la economía productiva, y que está poniendo en cuestión el estado de bienestar, la educación, la sanidad y la protección social. Y está dejando en la cuneta a millones de personas sin empleo, mientras se hipoteca durante largos años la posibilidad de un desarrollo razonable de nuestra economía.
 
El proyecto se ha revelado como una virtualidad que no basa su desarrollo en el aprovechamiento sostenible de recursos propios y se ha desinflado con la misma burbuja con la que surgió. Desde CCOO andamos reclamando una reorientación del modelo productivo sobre bases económicas más sólidas, que favorezca a su vez la creación de más y mejor empleo, mayores cotas de justicia social y sostenibilidad medioambiental. Gran Scala no transitaba por esa senda.
 
Antonio Javierre. CEO de Javierre, S.L.

Faltó ponerle en el nombre “Caída sin Red”. He echado mucho de menos en este proyecto, altura de miras hacia lo esencial, las personas y el entorno. Me preocupa y mucho que la sociedad no contemple otro horizonte que el desarrollo especulativo y los fuegos artificiales.

Comprendo que la carne es débil y no es fácil en una sociedad como la actual mantenerse al margen de la inercia del mercado, de la cultura de abundancia y de la búsqueda del éxito personal. Por otro lado, está por demostrar que el mercado no está equivocado, la cultura es la óptima y el concepto éxito entre humanos esté bien definido. Respecto a la lección aprendida de “Gran Scala” diré que más que como un fracaso, se debe tomar como una oportunidad. Para extraer algo positivo será necesario hacer un tiempo de descanso (Time Off), después hacer una profunda reflexión (Make a Deep Reflection) y después desechar lo superfluo para siempre (Make a Reset); repensar y, en su caso, redefinir el concepto "desarrollo" para una sociedad que se las tiene de avanzada.

Carlos Saura. Presidente de Cáritas Aragón.
 
La realidad es tozuda y, la mayoría de las veces, pone las cosas en su sitio. Es lo que ha sucedido con el proyecto Gran Scala, en medio de esta profunda crisis económica. Un proyecto en el que algunos pusieron su esperanza como una posibilidad de generar crecimiento y empleo en un momento donde el espejismo de la especulación daba oportunidades que hoy día se han derrumbado cual castillo de naipes.

En su momento, Cáritas Aragón ya puso de manifiesto que un proyecto como Gran Scala era manifestación de un modelo económico  y social ajeno al desarrollo humano, donde prima el beneficio antes que las personas y donde el crecimiento económico y material oculta un empobrecimiento de valores fundamentales para el desarrollo social y humano. Un modelo que afecta también al modelo de persona, de ocio y de relaciones sociales que se establecen en ese marco.

Por ello, Cáritas Aragón apela en este momento a aprovechar el fracaso de Gran Scala como oportunidad para impulsar en la zona procesos de desarrollo económico basados en la producción local, medio ambiental y ética, que permitan la recuperación comunitaria de las poblaciones y territorio afectados.
  
José Vicente. Director terapéutico de Azajer.
 
A veces no es suficiente el peso de la razón y de la verdad ante la cerrazón de los intereses políticos, que bendecían lo que desde las informaciones contrastadas de la prensa sobre Gran Scala y sus promotores, lo que decíamos los afectados por el juego, los ecologistas, las organizaciones sociales y el propio sentido común, que nos decía que no era razonable dicho proyecto por sí mismo y por las graves consecuencias negativas que su implantación tendría en la salud de los ciudadanos, en el aumento de problemas de orden público o en el desarrollo del territorio, etc.

La razón y la verdad son tozudas y al final se imponen gracias a la acción conjunta y solidaria de los actores sociales y los afectados por el proyecto Gran Scala. Hoy podemos ver que ha triunfado la razón y la verdad sobre la sin razón de los intereses  políticos de algunos. Digamos hoy, "chaooo Gran Scala".
 
Jose Luis Batalla. Registrador de la propiedad jubilado y vicepresidente de Ecodes.
 
Perdón porque mi aportación quizá sea demasiado personal. Con Ecodes me impliqué muy personalmente en el tema y guardo una amplia documentación sobre todo lo surgido alrededor de Gran Scala. Reseño de su lectura: 27 entidades ¿pequeñas, no representativas?, encabezadas por Cáritas dijimos, y lo argumentamos, “no a Gran Scala”. Ecodes pedía que el Gobierno de Aragón paralizara cualquier apoyo a sus promotores hasta que no se confirmara su integridad y probidad. Otras entidades, representantes de intereses económicos y sociales, llenaban algunos medios de comunicación mostrando su entusiasmo por el proyecto. Jose Angel Biel, Vicepresidente del Gobierno de Aragón, decía en las mismas fechas, el 13 de diciembre de 2007 en El País: “El proyecto no está destinado a Aragón, sino al mundo. Es un proyecto en marcha. Vamos a poner la primera piedra el 16 de septiembre del año que viene.”
 
Una reflexión: Los “sin poder”, a veces, tienen razón. Los del poder, no siempre. Cuando nos equivocamos, unos y otros, reconozcámoslo, y si el error es de bulto, no debería bastar con reconocerlo. ¿Significa algo lo de ser responsable?
 
Rosa Arqué. Miembro de Stop Gran Scala Baix Cinca.
 
Gran Scala para mí supuso una experiencia muy enriquecedora a nivel humano ya que aprendí a organizar, a colaborar, a argumentar, a coordinar, a convivir y a luchar contra algo que considero injusto. Sin embargo, y también a nivel humano, Gran Scala supuso una gran decepción porque tuve que tragar saliva cada vez ILD daba un paso y el Gobierno de Aragón aplaudía, porque tuve que sufrir escuchando declaraciones de los políticos aragoneses dignas del más puro mafioso, porque me hicieron chillar para intentar destruir argumentos absurdos que intentaban que creyera, porque tuve que cabrearme ante actitudes pueblerinas y reaccionarias, porque tuve que indignarme ante la indiferencia y la connivencia de muchos y muchas.

He aprendido que en casos como el de Gran Scala la organización, la información, la convicción y los amigos son indispensables para no volverse loca.

Carmen Magallón. Profesora.
 
En cuestiones que, como ésta, afectan a los valores, al paisaje y al sentido de la dignidad de una comunidad, como es Aragón, habría que tener mecanismos legales para llevar a cabo un proceso de  participación ciudadana más amplio y con capacidad real de decisión. Porque es necesario contrapesar el poder de los políticos oportunistas y, al mismo tiempo, matizar de manera efectiva las opciones guiadas únicamente por los intereses personales y locales, generalmente estrechos
 
Paco Iturbe. Divulgador ambiental. Miembro de Ecologistas en Acción.

La importancia de buscar un modo de vida basado tanto en los recursos disponibles en el territorio, preservándolos, como en los recursos globales para que sea algo sostenible en el tiempo. El proyecto Gran Scala arrasaba el valioso paisaje y se basaba en el derroche de un agua y una energía muy necesarias. Algo inaceptable e irreal.Por supuesto, unido a que no todo vale (ludopatía, prostitución, dinero negro...) para sacar dinero cuando hablamos de condiciones sociales. Algo de lo que tendrán que dar explicaciones algunos gobernantes que avalaron el proyecto llegando incluso a legislar a la carta.
 
Antonio Ruiz. Presidente del Comité Aragonés de Agricultura Ecológica.

Con burbujas, chorizos, mangantes, especuladores, affaires, traficantes de influencias, políticos de tres al cuarto, transgénicos, banqueros sin escrúpulos, conseguidores y ladrones de guantes blanco a “Gran Escala”, el futuro no existe, el futuro sólo es posible si es sostenible. El futuro sostenible está en los pequeños proyectos de la gente sencilla.