Zaragoza.- Una llamada de un vecino que presenció un vehículo sospechoso cerca de su casa ha dado lugar a la detención por parte de la Guardia Civil de cuatro personas presuntas autoras de varios robos en viviendas ocurridos en la provincia de Zaragoza durante los dos últimos meses. Se trata de M. F., hombre, 18 años; I. I. D., mujer, 30 años; M. M. B., hombre, 21 años; y G. N., hombre, 33 años. Todos ellos son de nacionalidad rumana, tienen su domicilio en Calatayud, les constan antecedentes policiales y fueron puestos a disposición judicial ayer.
Los robos se produjeron en Paracuellos de la Ribera, Santa Cruz de Grío, Núévalos, Vilueña, Sabiñán, Pietas, Restacón, Balconchán, Villarreal de Huerva, Nombrevilla, Lechón y Villarroya del Campo desde diciembre del pasado año.
Tras la llamada, la Guardia Civil inició un dispositivo de localización para dar caza al vehículo y lo interceptó en Calatayud, registrando el turismo y las personas que lo ocupaban, que portaban objetos de los que no acreditaban su procedencia. Además, el Cuerpo localizó en Lechón a las personas que esa misma noche, la madrugada del 12 de febrero, habían sido víctimas de robo en su vivienda, que verificaron la propiedad de los objetos.
Las investigaciones posteriores permitireron objetivar que otros 24 robos más en la provincia son obra de estos cuatro detenidos por el modus operandi, así como por los diferentes objetos intervenidos en los registros de sus domicilios como bisutería, equipos electrónicos, decoración, menaje y alimentos. También se les imputan dos faltas de daños y un delito continuado de robo con fuerza y daños.
En este operativo han participado agentes pertenecientes al Equipo de Policía Judicial de La Almunia de Doña Godina, Grupo de Investigación de la Guardia Civil de Calatayud, Puesto de Maluenda, Puesto de Daroca, Puesto de Sabiñán y Puesto de Villanueva de Huerva.
Modus operandi
Estas personas actuaban como grupo organizado en lugares aislados dentro de las poblaciones, como pueden ser casas y urbanizaciones aisladas. Lugares utilizados por sus moradores como segunda vivienda, ocupadas en fines de semana o periodos vacacionales. Circunstancia que facilitaba a los autores actuar sin ser vistos.
Mediante fractura de puerta o ventana de la vivienda accedían al interior, e incluso forzaban las rejas existentes en ellas. Para ello estaban perfectamente equipados utilizando linternas de mano y cabeza, un “gato” de vehículo y guantes.
Mientras los autores perpetraban el robo, uno de ellos realizaba labores de vigilancia desde un vehículo que esperaba en el exterior de la vivienda para cargar el material sustraído y huir del lugar.
