PABLO ESTEBAN CASTÁN

"Hemos reducido al mínimo la morbilidad y el tiempo de la cirugía para el paciente en la regeneración de tejidos perdidos"

El doctor Pablo Esteban Castán ha realizado una regeneración de una mandíbula atrófica mediante protocolos mínimamente invasivos. Así ya no es necesario extraer hueso de la cadera, de la calota craneal o de otras zonas extraorales para reponer el hueso maxilar o mandibular perdido sino que se soluciona de una forma mucho menos traumática obteniendo los mismos resultados.

Zaragoza.- Hasta hace poco quien padecía atrofias óseas severas en los maxilares se enfrentaba al dilema de tener que someterse a complejas cirugías para restituir los tejidos perdidos si quería recuperar la anatomía original y devolverle así la salud oral.

Ahora, los pacientes tienen otra solución. El doctor Pablo Esteban Castán, especialista en Microcirugía e Implantes Dentales, ha realizado en el quirófano de su clínica dental de Zaragoza una regeneración mandibular de grandes superficies mediante cirugía mínimamente invasiva. Esto evita esas intervenciones largas, muy traumáticas, que incluían pesados postoperatorios, de forma que se acortan los tiempos de la operación, se reducen los gastos hospitalarios y aumenta el confort de los pacientes.

Pregunta.- Ha realizado la primera regeneración de una mandíbula atrófica mediante cirugía mínimamente invasiva. ¿En qué consiste?
Respuesta.- Hemos realizado una combinación de varias técnicas que por separado se han empleado antes con éxito. Así evitamos, entre otras cosas, intervenciones realizadas siempre con anestesia general, empleando exclusivamente anestesia local y sedación consciente.

P.- Con este método ya no es necesario extraer de los pacientes hueso de zonas extraorales.
R.- Normalmente cuando se necesita regenerar grandes extensiones de hueso, hay que cogerlo de la cadera, de la calota craneal o de la tibia. Ahora utilizamos hueso de donante, que nos sirve de estructura (ya que es idéntica a la que queremos conseguir) y le aportamos la celularidad necesaria mediante células madre del propio paciente. Para disponer de él tuvimos que conseguir los permisos de la Organización Nacional de Trasplantes, siendo la primera clínica dental a la que se los conceden. Solemos utilizar crestas iliacas, debido a su estructura corticoesponjosa. Nos llegan congeladas a menos 80ºC en una cápsula estéril, evidentemente después de haber sido esterilizadas y de perder todo el componente celular del donante. Una vez en el quirófano, le damos la forma que queremos antes de comenzar la intervención, mediante el empleo de un modelo físico sinterizado realizado gracias a un TAC, que reproduce la anatomía exacta del paciente.

El doctor Esteban Castán se ha rodeado de los mejores cirujanos
El doctor Esteban Castán se ha rodeado de los mejores cirujanos

P.- El postoperatorio es mucho más fácil para el paciente…
R.- Es prácticamente inexistente. Esta cirugía lleva más trabajo previo, pero permite que el paciente se vaya a casa por su propio pie y continúe con su vida normal, y que no aparezcan grandes edemas ni hematomas. Antes, mucha gente se echaba atrás al tener que estar dos o más días hospitalizados, e incluso en ocasiones con problemas posteriores de movilidad en las zonas próximas al área donante. Sobre todo, hemos conseguido reducir la morbilidad. Transcurridos unos meses, colocamos los implantes y una prótesis fija anclada sobre éstos, ya que en definitiva, de lo que se trata aparte de reconstruir la anatomía es de que el paciente lleve dientes fijos, estéticos y con comodidad.

P.- ¿Existe riesgo de rechazo?
R.- Hay unos controles muy rigurosos por parte de los bancos de tejidos. Al paciente se le realiza un estudio serológico completo, analítica previa y en el momento de la intervención, biopsias durante la operación, etc. En Estados Unidos, en el 2000 ya se realizaban más de 150.000 cirugías mediante el uso de aloinjertos óseos anuales.

Avances médicos 

P.- ¿Cómo les está ayudando la tecnología a los dentistas?
R.- Sin tecnología y sin los últimos avances muchas cirugías no podrían concebirse, serían impensables. Sobre todo, el disponer de reproducciones exactas de la estructura ósea del paciente realizadas a partir de un TAC nos facilita mucho la tarea. Por otra parte la utilización del microscopio en el 80% de las cirugías nos ayuda a aumentar la precisión y mejorar así mucho los resultados.

P.- ¿Son frecuentes las donaciones de hueso para realizar este tipo de intervenciones?
R.- Los donantes suelen ser personas que fallecen y habían elegido donar sus órganos y tejidos. Antes el hueso de donante se utilizaba sobre todo en Traumatología, cuando existían grandes defectos a regenerar pero desde hace unos pocos años se utiliza en Odontología.

P.- ¿Dónde residía antes la mayor dificultad para el dentista?
R.- Sobre todo en el hecho de emplear zonas donantes del propio paciente. La extracción del hueso a injertar no sólo tenía que ser cuidadosa y poco traumática, sino que el fragmento obtenido tenía que adaptarse a nuestras necesidades. Una vez obtenido, había que ajustarlo íntimamente al defecto a restaurar en boca del paciente (ahora lo hacemos fuera, sobre el modelo estéril), y de ello dependía en gran medida el éxito de la intervención. El paciente no colaboraba porque estaba bajo anestesia general. La parte de fijación del bloque óseo y tratamiento de los tejidos blandos era igual que en nuestro protocolo.

El doctor explica cómo se lleva a cabo la intervención
El doctor explicando cómo se lleva a cabo la intervención

P.- ¿Cómo está la investigación en este campo a nivel nacional?
R.- En España estamos muy avanzados. En el campo de las células madre en Odontología le debemos mucho al Dr. Miguel Velilla, que desde hace varios años ha llevado a cabo una investigación exhaustiva en este terreno, abriendo un camino que sin duda marcará un antes y un después en el campo de la implantología. El futuro de la regeneración ósea es la Ingeniería Tisular para regenerar tejidos a partir de compuestos artificiales. Ahora estamos luchando para que se acepten en España las proteínas morfogenética óseas, BMPs, que en Estados Unidos ya se están comercializando aunque a precios demasiado elevados todavía.

P.- ¿Qué retos inmediatos se marca usted?
R.- Seguir investigando y trabajando en el campo de la implantología para poder cumplir con las expectativas del paciente, siempre que sean reales, en el cien por cien de los casos. Continuar desarrollando protocolos mínimamente invasivos, es decir, mucho menos agresivos para el paciente. En definitiva aumentar los límites y las posibilidades terapéuticas para ayudar en mayor medida a nuestros pacientes.