La Zona Euro se ha enfrascado desde hace años en unas políticas de austeridad, ajustes y reducción del gasto público para combatir la crisis y la recesión que están conduciendo a un callejón sin salida. Europa languidece perdiendo cada vez más importancia a nivel mundial en todos los aspectos, España todavía más y se enfrenta a un cada vez más oscuro panorama económico, financiero y social durante 2012 y 2013, en plena, pura y dura recesión económica, siendo imposible de todo punto crecer económicamente a niveles adecuados que posibiliten crear empleo neto a nivel global, incluyendo también en este sentido a toda la Zona Euro como mínimo hasta 2014.
Los resultados e indicadores están siendo, prácticamente de manera generalizada, cada vez más desastrosos, mientras se nos prometen por parte de Gobiernos esperanzadores horizontes futuros a largo plazo ad calendas grecas. Pero, de momento en el corto plazo, todo es un aumento del desempleo, recortes en educación, sanidad, prestaciones sociales y una desesperanza y empobrecimiento de la ciudadanía cada vez mayor.
Para el caso concreto español, la continua y permanente sangría hacia el extranjero de fuga de mano de obra cualificada y de todo tipo, así como la fuga de capitales, son indicadores también relevantes de confianza y expectativas en el corto plazo. Tanto en Madrid como en Bruselas, todo va con una lentitud exasperante en cuanto a acuerdos y toma de decisiones para acabar de una vez con esta crisis que, por cierto, se maneja de manera muy diferente a como lo ha hecho Estados Unidos y la Reserva Federal, y desde luego no digamos en cuanto a lo que indican relevantes y muy vigentes economistas Premios Nobel como Krugman y Stiglitz. Se diga lo que se diga, no hay pensamiento ortodoxo único e inevitable para acabar con esta crisis.
Se ve casi con claridad meridiana, de seguir las tendencias ominosas que se vislumbran, con crecientes requerimiento de financiación, que hay necesidad de rescate para el caso español y quizás también para Italia. El quid de la cuestión es que los mercados, los prestamistas, los especuladores, están totalmente envalentonados sabedores de su increíble fuerza y presión sobre la inacabada, débil y en ocasiones muy inconexa construcción política y financiera de la Zona Euro, así como de estructuras institucionales tipo comunidades autónomas, y pueden zarandear a su antojo so pretexto de una patente falta de capacidad de cumplir compromisos presupuestarios, reformas económicas, financieras y de todo tipo.
Los supuestos otrora activos libres de riesgo o de menor riesgo, como las Letras del Tesoro o el Bono a 10 años, no digamos ya los Bonos Patrióticos, son todo un frenesí de cóctel de volatilidad y alto riesgo que, además, imposibilitan una correcta valoración de activos financieros y de todo tipo.
Más que de austeridad, deberíamos hablar de crecimiento, de eficiencia en el gasto y una mejor redistribución y priorización de los ajustes, evitando al máximo recortes en elementos clave del sistema como la educación, la sanidad, la Investigación, Desarrollo e Innovación, así como las prestaciones sociales, con un sistema fiscal mucho más justo, equitativo y progresivo, integrado coherentemente cuanto antes en toda la EuroZona y en último término Finanzas y Sistema Financiero y Fiscal único en toda la Zona Euro, con un Banco Central que no tenga en su brújula únicamente el indicador de inflación, sino también el de crecimiento.
Fundamental también es un sistema judicial que tome la máxima velocidad en la lucha contra el cáncer económico, financiero y social de la corrupción realizando sentencias ejemplarizantes con el máximo peso de la ley, caiga quien caiga, de manera que la ciudadanía vea con toda claridad que la justicia es ciega e igual para todos y que cada caso en su nivel de mal comportamiento, todo tipo de delincuentes, estafadores, manipuladores de precios y contratos, prevaricadores, incumplidores, corruptos y malos gestores de lo público y lo privado tienen un merecido castigo, incluyendo si es necesario por supuesto penas de cárcel al máximo nivel, devolución del dinero y de intereses.
Más que de ajustes que nos están llevando a más y más paro, deberíamos hablar de crecimiento y de un Sector Público incentivador de la demanda y del consumo, deberíamos hablar más de Responsabilidad Social Corporativa y Empresarial, con un marco legal incentivador de inversiones en temas medioambientales y creación de empleo, ahí hay mucho y bueno por hacer.
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